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Se trata de un elemento que se inventó antes de empezar el presente siglo y sin embargo, a día de hoy, el catalizador del coche sigue teniendo tanta vigencia como entonces. Si no más. En la actualidad, las normativas anticontaminación están a la orden del día debido al objetivo de descarbonización que se ha planteado a nivel global y siendo el tubo de escape uno de los elementos claves dentro de esas regulaciones, esa parte del coche está compuesta por diferentes piezas entre las que destaca principalmente el catalizador. ¿Cuál es su función concreta? Te lo contamos.
El catalizador es un componente clave del sistema de escape de un vehículo, que está diseñado para reducir las emisiones de gases nocivos que se liberan al medio ambiente durante la combustión del motor. A partir de 1992 se introdujo en los vehículos de gasolina y cinco años más tarde, en 1997, adquirió una importancia vital en los coches diésel y pasó a ser obligatorio en cualquier unidad que saliese al mercado. El motivo, el papel fundamental que desempeña en la lucha contra la contaminación atmosférica, durante esa transformación de los gases tóxicos en compuestos menos dañinos que se emiten por el tubo de escape.
¿Qué es el catalizador de un coche?
Como ya hemos dicho, la función principal del catalizador es la de neutralizar los gases contaminantes generados en el motor de los coches de combustión, independientemente de que sean diésel o gasolina. Pero, ¿qué es el catalizador de un coche? Para simplificar, se trata de un dispositivo de control de emisiones de escape que reduce los gases tóxicos y por lo tanto, la contaminación del aire. Su eficacia ha sido demostrada con el paso del tiempo y en algunos casos, se pueden llegar a incorporar hasta dos unidades; uno primario y otro secundario.
El catalizador está ubicado en el tubo de escape y visualmente, parece una caja metálica sin gran complejidad. Sin embargo, lo más interesante está en su interior. Dentro de ese revestimiento se esconden un protector térmico, una matriz cerámica compuesta por diferentes materiales preciosos (como el oro, platino, rodio y paladio) que dan lugar a una red de celdas de cerámica parecida a un panal de abejas, y una sustancia resinosa también formada por compuestos nobles.
Estos metales actúan como catalizadores en las reacciones químicas que ocurren dentro del motor durante la combustión. De ahí que los tres gases principales que el catalizador trata sean:
- Monóxido de Carbono (CO): un gas incoloro e inodoro tóxico para los seres humanos.
- Óxidos de Nitrógeno (NOx): gases que contribuyen a la formación de smog y lluvia ácida.
- Hidrocarburos No Quemados (HC): productos de la combustión incompleta que también son contaminantes.
Una vez las reacciones pasan por el catalizador, las sustancias mencionadas se convierten en gases de escape reducidos a:
- Reducción de NOx: gracias a que el rodio ayuda a separar el óxido de nitrógeno en nitrógeno y oxígeno.
- Oxidación del CO: el platino y el paladio convierten el monóxido de carbono en dióxido de carbono (CO2).
- Oxidación de HC: los hidrocarburos no quemados se transforman en dióxido de carbono y agua.
Coste del catalizador de un coche
Ahora que sabemos cómo funciona el catalizador del coche, la duda que nos surge es conocer cuál es su valor. Como cualquier otro elemento mecánico, esta pieza no tiene por qué estar exenta de desgaste o problemas y por lo tanto, deberás saber cuál es el coste de sustituir un elemento fundamental y obligatorio para la circulación.
Si decidimos optar por un catalizador nuevo, el precio puede oscilar entre los 300 y 500 euros. La cantidad máxima puede alcanzar los 700 si se trata de un coche de alta gama y además de sustituir la pieza, deberás contar siempre con el coste que suponga la mano de obra. En ese caso, la reparación (que en principio debería tardar apenas una hora) podría ascender el coste total hasta los 1000 euros y si decides comprar la pieza en un desguace, el valor inicial podría disminuir. Pero con un elemento tan importante, asegúrate de que el recambio está en buenas condiciones.
Tal es su importancia en la circulación, que incluso dependiendo de la antigüedad del coche puede que no te interese la reparación. Si el coche tiene muchos años a sus espaldas, el vehículo puede llegar a ser declarado como siniestro debido a que la avería supera el valor venal del automóvil y por lo tanto, es mejor buscar otra solución.
Consecuencias de un fallo en el catalizador
El catalizador, al igual que cualquier elemento mecánico del coche, requiere un mantenimiento adecuado para funcionar de manera óptima y cumplir con su misión. Por eso, como conductor, debes prestar atención a ciertos signos de que el catalizador podría estar fallando:
- Pérdida de potencia: si el catalizador está obstruido, puede causar una reducción en la potencia del motor.
- Aumento en el consumo de combustible: un catalizador averiado puede hacer que el motor trabaje más y por lo tanto, se incremente el consumo de combustible.
- Olor a azufre o quemado: este olor puede ser indicativo de que el catalizador no está oxidando los gases correctamente y por lo tanto necesita una revisión urgente.
- Luces de advertencia: si la luz del motor se enciende en el tablero, podría ser una señal de que tu catalizador tiene un problema.
Efectos de quitar el catalizador de un coche
Ahora que conoces la obligatoriedad del catalizador en el coche y sus efectos, te resultará sorprendente saber que teóricamente, a nivel de mecánica, sí se puede circular sin catalizador. El hecho de que este elemento esté dañado o ausente no conlleva a una avería en otras piezas del coche, pero existen razones para que siempre te preocupes de tenerlo controlado:
- Tu coche consumirá más.
- A la hora de pasar la ITV la valoración no resultará favorable ya que emitirá más sustancias contaminantes del máximo legal permitido.
- Te juegas una multa en las ciudades con sus propias normativas anticontaminación, pues el catalizador filtra más del 90% de las emisiones que produce tu coche.
Sabiendo la importancia de este elemento y su repercusión en el medio ambiente, hay quien prefiere prescindir del catalizador en su vehículo. Incluso a sabiendas de que se están jugando una sanción. ¿Por qué? El catalizador fuerza el paso del aire y los gases a través de minúsculos conductos y por lo tanto, si se prescinde de este elemento el motor respira mejor y desarrolla más potencia. Los detractores del catalizador aseguran que su funcionamiento resta potencia al motor, sin tener en cuenta que su retirada hará que el coche sea más contaminante.
Mantenimiento y cuidados del catalizador
A menudo subestimado, el catalizador requiere de una atención especial en términos de mantenimiento si queremos asegurar su funcionalidad al largo plazo. Por lo general, este elemento puede desgastarse debido a la mala calidad del combustible, choques o pequeños impactos. Por eso, si quieres evitar un paso innecesario por el taller, ten en cuenta estos detalles:
- Evita el uso excesivo de aditivos
- Programa mantenimientos regulares, siempre de acuerdo con las especificaciones del fabricante
- Evita la conducción agresiva
- Haz uso de combustibles de calidad
El catalizador es un componente vital del sistema de escape del coche, responsable de reducir las emisiones contaminantes y asegurar un rendimiento óptimo del motor. Conocer su función, los costes de reemplazo, y las consecuencias de su fallo o eliminación, permite a los conductores tomar decisiones informadas sobre su mantenimiento. Mantener el catalizador en buen estado no solo es crucial para el vehículo, sino también para cumplir con las normativas ambientales y contribuir a un entorno más limpio.
Ahora que ya sabes lo que trae consigo el catalizados del coche, conviene que busques tu próximo coche en nuestra web, ya que revisamos cada detalle para que aciertes siempre con la compra de tu coche.