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Dentro de la amplia cartera de coches que ofrece Opel en el mercado, el Grandland X es uno de los modelos que más popularidad ha ganado en los últimos años. Desde que llegase al mercado en 2017, este SUV destacó por su capacidad para afrontar el mundo urbano como largos trayectos por autopista. En definitiva, la creación del fabricante alemán cumplía con todo lo que se espera de este tipo de coches… pero no solo a nivel de rendimieto. El diseño del Opel Grandland X se encuentra gobernado por una parrilla negra carenada contrastada por el logo de la marca en cromado. El ADN SUV se enfatiza con una pronunciada defensa y con cierta altura libre al suelo y a simple vista, este vehículo no necesita mucho más para convencer. Aunque como todo en esta vida, nada es perfecto como demuestra su correa de distribución.
¿Qué es la correa de distribución y cuál es su función en el Opel Grandland X?
Antes de entrar en profundidad sobre los detalles, lo primero que debemos tener claro es qué es la correa de distribución. Para empezar, debemos saber que estamos hablado de uno de los elementos más importantes de un vehículo, ya que tiene una función clave y su rotura puede costarnos bastante dinero. La correa de distribución es una banda hecha de caucho reforzado con fibras, que conecta el cigüeñal y el árbol de levas del motor. Este elemento se encarga de coordinar el movimiento del cigüeñal y del árbol de levas, para que las válvulas del motor se abran y cierren en el momento adecuado, sin provocar golpes entre los pistones.
Tras conocer la parte más técnica de este elemento, debemos ser conscientes de que la mayoría de los Opel Grandland X disponen de una correa de distribución. En función de la motorización por la que nos decantemos, podremos encontrar este elemento o no, que se encargará de que la admisión de aire y combustible ocurra en el momento exacto; como también de una expulsión de los gases de escape sincronizada. Pero por lo general, ambas motorizaciones diésel (1.5 Turbo D de 130 CV y 2.0 Turbo D de 177 CV), tres de gasolina (1.2 Turbo de entre 110-130 CV y 1.6 Turbo de 180 CV) e híbridos enchufables (X Hybrid de 225 CV y X Hybrid4 de 300 CV), contarán con la correa de distribución.
¿Cuándo se debe cambiar la correa de distribución en el Opel Grandland X?
Como cualquier elemento mecánico, la correa de distribución no está exenta de necesitar un mantenimiento y exigir un cambio cada cierto tiempo, para que todo funcione con normalidad en nuestro coche. En el caso de este elemento tan esencial para el buen funcionamiento del Opel Grandland X, la correa de distribución tiene una vida útil limitada y su reemplazo debe realizarse según las recomendaciones del fabricante. El objetivo de las cifras es evitar fallos graves en el motor y por lo tanto, reparaciones costosas que pueden llegar a ser insalvables.
En el caso del Opel Grandland X, el intervalo de reemplazo generalmente varía entre 100.000 y 150.000 kilómetros en distancia recorrida. Aunque otra referencia puede ser su longevidad. En ese caso, la recomendación es sustituir este elemento de cada 6 a 10 años, dependiendo de la motorización específica y las condiciones de uso que le demos a nuestro coche. Aunque la realidad es que los intervalos exactos pueden variar en función de las condiciones de conducción y el tipo de motor (gasolina, diésel o híbrido) por el que nos hayamos decantado.
Problemas comunes de la correa de distribución en el Opel Grandland X
La correa de distribución del Opel Grandland X es una pieza clave para el funcionamiento del motor. Pero como en cualquier otro vehículo, también es susceptible a problemas si no se realiza el mantenimiento adecuado. Contratiempos como el desgaste, la pérdida de tensión o la rotura, pueden tener consecuencias graves para el motor y muy costosas para nuestros bolsillos. Por eso, la prevención a través de un mantenimiento adecuado es clave para evitar fallos como los que te contamos a continuación:
Desgaste de la correa de distribución
La correa de distribución se desgasta debido al uso cotidiano, las altas temperaturas y la exposición a agentes externos. La aparición de grietas o fisuras en la correa, cambio de consistencia en el material o ruidos inusuales del motor, son algunos de los síntomas más llamtivos del Opel Grandland X cuando algo no funciona bien en este elemento. Un desgaste excesivo provoca eficiencia y un desajuste peligroso en la sincronización del motor. También podrás apreciar los daños si evidencias un aumento en el consumo de combustible.
Pérdida de tensión
La correa de distribución debe mantenerse en una tensión adecuada, para garantizar que está funcionando de una manera eficiente. En caso de que suframos una pérdida de tensión, esta puede ser causada por el envejecimiento natural de la correa o un fallo en los tensores o poleas asociados. Una correa floja puede saltarse uno o varios dientes del engranaje, desincronizando el motor y afectando el funcionamiento de las válvulas y los pistones. Por eso te recomendamos que prestes atención si escuchas ruidos metálicos o de rozamiento en el motor, o sientes vibraciones anómalas con el motor está en marcha. Una identificación a tiempo puede ser una victoria.
Rotura de la correa de distribución
La rotura es el problema más grave que puede ocurrir en la correa de distribución y suele estar relacionado con la falta de mantenimiento o el uso prolongado de una correa desgastada, que ha superado con creces las recomendaciones del fabricante. Cuando rompemos la correa de distribución, el exceso kilómetros sin cambiareste elemento, una exposición abusiva a contaminantes o una mala instalación de la correa o de los tensores son las causas más comunes. Y las consecuencias pueden ser devastadoras.
Romper la correa de distribución del Opel Grandland X provocará un catastrófico en el motor, que puede requerir una reparación importante del propulsor o incluso su reemplazo completo. Con lo que eso conlleva. Los costos de reparación serán muy elevados y el daño no solo puede quedar ahí; ya que las válvulas, pistones y árbol de levas también se pueden deformar. La mala noticia de esta avería es que en algunos casos no se manifiesta. Pero si encuentras dificultad para arrancar el motor o un mal funcionamiento de este, acude a una revisión para salir de dudas y evitar un mal mayor.
A través de todos esos síntomas podrás identificar las diferentes averías que presenta la correa de distribución del Opel Grandland X. Los sonidos extraños que provengan del motor son uno de los síntomas más evidentes de que algo no está funcionando bien y por eso, la prevención es la mejor solución a nuestros problemas. Porque nos puede salvar incluso de padecerlos. Seguir un plan de mantenimiento regular puede ser clave en la longevidad de tu vehículo, por eso te recomendamos que revises periódicamente la correa de distribución y cumplas con las recomendaciones del fabricante para llevar a cabo una sustitución a tiempo. Un simple gesto, puede cambiarlo todo.