Cuando ves un coche con la letra ‘L’ en su parte trasera, deberías saber que estás compartiendo la carretera con un conductor novel, alguien que está en las primeras etapas de su aprendizaje. El conductor de este vehículo es apto para conducir desde hace menos de un año y su objetivo con esa señalización, es advertir al resto de usuarios de la vía o incluso a los propios agentes de tráfico, de que en esos momentos no cuenta con demasiada experiencia y por lo tanto, se deberá tener ua mayor precaución en su presencia.
Resulta evidente esta explicación sobre el significado que tiene la ‘L’ en un coche, pero es inevitable que surja una duda: ¿realmente conoces toda la reglamentación de la ‘L’? Si la respuesta es no, nosotros te lo contamos.
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¿Qué significa la ‘L’ en el coche?
La ‘L’ en el coche es un símbolo que representa como el conductor posee una licencia de aprendizaje. Este distintivo está pensado para mostrar de manera evidente que el conductor está en la fase inicial de su formación para obtener una licencia de conducir completa. A pesar de que su uso no es internacional y de hecho en otros países esta letra es diferente, en España ha sido la referencia de la ‘L’ (que viene del inglés learner y significa aprendiz o novato) la establecida para poder distinguir a un conductor novel de cualquier otro con más experiencia al volante.
¿Cuándo debes colocar la ‘L’ en tu coche?
Cuando hablamos de llevar la ‘L’ en el coche, nos referimos a una placa de color verde que lleva una ‘L’ blanca en el centro. Es importante que esta placa sea claramente visible desde fuera del propio vehículo para que el resto de conductores pueda verla y desde la Dirección General de Tráfico (DGT), advierten que la ‘L’ es de uso obligatorio para todos aquellos conductores que hayan obtenido el permiso de conducir con menos de un año de antigüedad. O dicho de otra manera; es obligatoria para todos durante un periodo de un año a partir del momento en el que se obtiene el carné de conducir.
La placa debe colocarse en la parte superior izquierda de la luna trasera del coche. Sin embargo, como en cualquier otra regla, también encontramos alguna excepción. En los vehículos de movilidad reducida y los vehículos de tres ruedas, el distintivo debe ir ubicado en alguna parte que sea visible y al mismo tiempo apropiada, con el fin de que se pueda identificar de manera rápida y no de lugar a dudas.
Debes tener muy en cuenta que no llevar la placa de la ‘L’ cuando es obligatorio está considerado como una infracción leve y hace que te enfrentes a una sanción económica de hasta 100 euros. Llevar la placa en la parte destinada para ello es crucial para favorecer a una buena circulación, ya que el resto de conductores estarán al tanto de que se es un conductor novel. Pero, ¿qué pasa si se me olvida quitarla pasado un año desde que obtuve el carné de conducir? Llevarla más tiempo de lo establecido también puede conllevar una multa económica del mismo importe. Sin embargo, deberás tener en cuenta que si durante ese primer año se retira el permiso de conducir a un conductor novel, cuando lo recuperé deberá colocar la ‘L’ durante el tiempo restante que quedaba para cumplir el año.
Consecuencias de conducir con la ‘L’
A pesar de que conducir con la ‘L’ es más un indicativo para el resto de conductores que para uno mismo y por supuesto, que la obligación de llevar la placa desaparece a los doce meses, un conductor novel con la placa en el coche contará con una serie de obligaciones que, incluso, se pueden prolongar después de ese primer año de aprendizaje.
Un conductor novel con la ‘L’ en el coche contará, de partida, con tan solo ocho puntos en el carné de conducir. Esa cantidad se mantendrá intacta durante los dos primeros años en caso de no haber recibido ninguna infracción y, cuando superemos ese periodo, se ascenderá de manera automática hasta los 12 puntos que pasarán a ser 14 si no se recibe ninguna sanción en los tres años siguientes. Mientras que los 15 se alcanzarán si se continúa sin sanciones durante otros tres años más.
Otra de las reglas a tener en cuenta es que la tasa de alcohol permitida para un conductor novel, nunca será igual a la de aquellos que ya cuentan con experiencia al volante. Mientras llevemos la ‘L’ en la parte trasera del coche la tasa de alcohol en sangre debería ser 0,15 miligramos por litro de aire espirado, que pasará a ser de 0,30 mg/l para igualar la del resto de conductores tras dos años con el carné de conducir.
Al fin y al cabo la ‘L’ refleja un compromiso con el desarrollo de habilidades de conducción seguras y responsables. Los conductores novatos tienen la oportunidad de aprender buenas prácticas desde el principio y esa placa verde en el coche es un símbolo significativo que representa el proceso de aprendizaje en la conducción. Para aquellos con la ‘L’ en la parte trasera, cada kilómetro es una oportunidad para mejorar y para otros conductores, un recordatorio de la importancia de la paciencia y la consideración en la carretera. Durante el proceso, conduce seguro y disfruta de tu viaje hacia la licencia completa.