Muchas de las máquinas con las que trabajamos en nuestro día a día como el móvil, un ordenador o nuestro propio coche, generan calor con su funcionamiento. Alcanzar altas temperaturas puede suponer un riesgo y por eso es esencial que todas ellas tengan una buena refrigeración ya que, exponerse a temperaturas elevadas durante un tiempo prolongado puede dar como resultado un deterioro considerable o, en el peor de los casos, una avería. Por eso el líquido refrigerante del coche es uno de los fluidos que no pueden faltar en tu vehículo. Este elemento es uno de los más cruciales a la hora de que nuestro coche funcione bien y aunque a menudo pasa desapercibido, es muy importante conocer cuál es su relevancia si queremos mantener la maquinaria en buen estado.
Este humilde líquido que fluye a través del motor de tu coche, tiene como función principal absorber el calor que se genera en el propulsor para evitar sobrecalentamientos. A pesar de que la época en la que nos adentramos de frío suelen aguantar bien las temperaturas, el líquido refrigerante siempre jugará un papel crucial ya que, gracias a sus propiedades, permite mantener a raya la temperatura mecánica trabajando a cifras bajo cero o a más de 140ºC. Porque al fin y al cabo, aunque su misión principal es absorber el calor resultante del motor cuando está en marcha, también lo protege frente a heladas y actúa, en cierto modo, como lubricante para limpiar y proteger al motor de la oxidación.
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¿Por qué es importante el líquido refrigerante?
El líquido refrigerante es un compuesto químico que tiene la capacidad de regular la temperatura. De esa manera garantiza que el bloque motor siempre trabaje a una temperatura óptima y cumple varias funciones vitales para el funcionamiento de tu coche:
- Control de la temperatura del motor: el motor del coche genera una gran cantidad de calor debido a la combustión interna. El líquido refrigerante fluye a través del motor, absorbe ese calor y evita que el motor se sobrecaliente evitando daños graves.
- Protección contra congelación y corrosión: el líquido refrigerante también actúa como anticongelante, lo que evite que se congele en climas fríos y las bajas temperaturas causen daños al motor. Además contiene aditivos que protegen el sistema de enfriamiento de la corrosión, por lo que prolonga la vida útil de las piezas metálicas del motor.
- Lubricación de la bomba de agua: el líquido refrigerante también lubrica la bomba de agua que es esencial para el flujo adecuado del refrigerante a través del motor.
¿Cada cuánto tiempo debo cambiar el líquido refrigerante de mi coche?
Sabemos que estamos hablando del líquido refrigerante como un elemento fundamental para el mantenimiento de tu coche, pero eso no quiere decir que sea eterno. Con el paso del tiempo, este líquido pierde su capacidad para transmitir y regular la temperatura, es decir, deja de ser eficaz y no protege al motor de las temperaturas extremas. Por ese motivo es importante controlar su nivel y cambiarlo en el momento indicado siguiendo unas pautas donde, la máxima, es bien clara: jamás debes mezclar dos o más líquidos refrigerantes para el coche.
Teniendo ese gran detalle en cuenta, pasamos a esa norma general que dice, que el líquido refrigerante deberás reemplazarlo cada 40.000 kilómetros o cada dos años. Sin embargo, como hemos dicho y dada su importancia para el buen funcionamiento del coche, es importante que lo revises periódicamente (cada 10.000 o 20.000 kilómetros) durante esas revisiones rutinarias y, en caso de que lo notes sucio, descolorido o por debajo del grado de congelación debes cambiarlo de inmediato. En ese momento no importa si no has cumplido con el kilometraje recomendado o con los años de vida útil, ya que si no lo cambias es como circular con el motor al desnudo y desprotegido. ¿Cómo puedes comprobar si es tu caso? Te lo explicamos:
- Localiza el vaso de llenado del circuito de refrigeración: suele ser de plástico semitransparente y tiene un tapón de cierre negro o azul.
- En la pared exterior del vaso de llenado encontrarás siempre dos marcas: una indica el nivel máximo y la otra el mínimo al que el líquido refrigerante se puede situar. Siempre que lo encuentres entre ambas marcas, puedes circular con tranquilidad.
- Coloca el coche en una superficie plana y deja que el motor se enfríe: este paso es necesario para comprobar el nivel de anticongelante. Comprueba a través de la pared semitransparente si la línea marcada por la superficie máxima coincide entre las marcas de máximo y mínimo.
¿Qué líquido refrigerante debo usar?
Lo primero que debes saber es que para echar el líquido refrigerante, siempre deberás asegurarte de que el motor esté frío, nunca caliente, y además, que será fundamental vaciar por completo los restos del antiguo líquido. Teniendo estos detalles en cuenta, es hora de saber cuál debe ser tu elección a la hora de adquirir uno de los elementos más importantes para el coche.
A pesar de que existen varios tipos de refrigerantes (refrigerante y anticorrosivo, refrigerante anticongelante, agua destilada o desmineralizada y refrigerante verde), lo mejor es que recurras el recomendado por el fabricante. Ten en cuenta que te encontrarás líquido refrigerante con diferentes colores (rosa, verde, naranja, amarillo…), puntos de congelación y ebullición y características diferentes, que no deben ser las que exija tu motor en ese momento. Saber diferenciar entre un refrigerante cualquiera y el que necesitas será clave para que alargues la vida útil de tu motor, pero en caso de no encontrar el líquido recomendado por el fabricante, existe una última opción.
Si no encuentras el líquido refrigerante que mejor se adapta a tu motor, como recurso podrías rellenar el circuito con agua destilada. Al fin y al cabo, el refrigerante es una mezcla de anticongelantes y agua. Este es un recurso común y a veces simplemente necesario, ya que algunos líquidos refrigerantes vienen concentrados y habrá que recurrir al agua destilada para equilibrar la sustancia. Pero atención ¡nunca eches agua del grifo! El agua que nosotros conocemos diariamente tiene su punto de congelación en los 0ºC, hierve a los 100ºC y corroe el metal. ¿Qué quiere decir eso? Que se puede convertir en el peor enemigo de tu motor.
Al fin y al cabo está demostrado que a mayor calidad del líquido refrigerante, mayor garantía de buen funcionamiento y protección del motor. El líquido refrigerante es una parte esencial de enfriamiento en tu coche y mantenerlo en buen estado, significa estar protegiendo tu motor y garantizando un rendimiento óptimo en todas tus aventuras en la carretera. No subestimes la importancia de este modesto líquido y cuida siempre tu vehículo; es el que te acompaña a todas partes.