Siempre que estrenamos un coche, una de las preguntas más comunes suele ser ¿cuántos caballos tiene? La potencia del motor es quizá la característica que más llama la atención en un vehículo y aunque tradicionalmente la hemos medido en caballos de vapor (CV), lo cierto es que existe una unidad derivada del Sistema Internacional para medir la potencia: el kilovatio (kW).
De primeras puede parecer algo desconocido, pero con el mercado reforzando su tendencia hacia los modelos eléctricos, este sistema de medida está ganando popularidad a marchas forzadas. Los kW se utilizan para cifrar la potencia de los vehículos eléctricos, pero también podemos encontrar su presencia en las fichas técnicas de cualquier motor de combustión. Al fin y al cabo la potencia es el resultado de multiplicar el par motor por el número de revoluciones de giro o dicho de otra manera, cuán de rápido el motor puede hacer un trabajo. Y el resultado se puede medir en kW o CV, dos unidades que hablan de lo mismo pero que sin embargo, son diferentes.
Puede surgir la duda de por qué, si tenemos una unidad universal para medir la potencia del motor, seguimos utilizando varias. Y en su respuesta va a influir el auge de los coches eléctricos. Con ellos se está empezando a utilizar en mayor medida el kilovatio (kW) para hablar de su potencia debido a la relación histórica de esta unidad con el electromagnetismo. Y aunque todavía este tipo de vehículos no dominan el mercado, la época de la máquina de vapor quedó atrás hace mucho tiempo. Ahora es tiempo de hablar de potencia en kilovatios.
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La importancia del kW
El vatio es la unidad oficial de potencia según el Sistema Internacional de Unidades. Esta unidad recibe su nombre de James Watt, un ingeniero y químico escocés que contribuyó de manera fundamental al desarrollo de la máquina de vapor. Su símbolo (W) y unidad base (equivalente a 1 J/s) es en honor a su creador y la k corresponde al múltiplo 1.000, por lo que 1 kW son 1.000 vatios.
Llevado al ámbito del electromagnetismo, un vatio es la cantidad de trabajo realizado por unidad de tiempo cuando una corriente de 1 amperio (A) circula con una diferencia de potencial de 1 voltio (V).
Debido a sus características esta unidad es la estándar para la medición de la potencia en los coches eléctricos. Y como en cualquier tipo de automóvil, a más potencia más prestaciones. En el caso del coche eléctrico todo el par está disponible desde que empezamos a pisar el acelerador y esa respuesta inmediata es la que proporcionan los kW de cualquier modelo eléctrico, que siempre responderá antes que un modelo de combustión por potente que sea. Dicho de otra manera, un coche eléctrico siempre será más rápido en su aceleración que un vehículo similar de gasolina o diésel.
El kW y los CV, dos unidades diferentes
Como has podido comprobar el kilovatio va destinado a la medición del electromagnetismo, mientras que en el caso de los caballos de vapor, esta unidad es utilizada para los motores térmicos. Por lo que en su medición intervienen otras unidades. En el caso de los CV la potencia se define como el esfuerzo requerido para levantar 75 gramos de peso a 1 metro de altura en 1 segundo.
A priori ambas unidades pueden parecer completamente incompatibles pero sí, existe una equivalencia entre ambas unidades de potencia y es por eso, que podemos convertir kW a CV y viceversa con el fin de simplificar la comprensión de las prestaciones de cada coche sin importar si tiene un motor eléctrico o por el contrario, está basado en una mecánica térmica. Porque a pesar del auge del kW que se está produciendo en la sociedad actual, el kilovatio tiene el mismo origen que los caballos de vapor: James Watt.
El ingeniero escocés dio a luz a un sistema de medidas que comenzó a distribuirse como CV por los países europeos (con excepción de Gran Bretaña y Alemania, además de EEUU), mientras que el kW se ha hecho reconocido de de manera internacional como la medida oficial de potencia. Aunque todavía existen diferencias en las fichas técnicas que se pueden solucionar con una fácil conversión que aclarará la potencia de tu vehículo según la unidad.
¿A cuántos CV equivale un kW?
Ahora que ya sabemos la definición de kW y CV, surge la siguiente duda: ¿A cuántos caballos de vapor equivale un kilovatio? La respuesta es sencilla: 1 kW = 1,3596 CV. A la hora de llevar a cabo la conversión entre ambas unidades la cifra de caballos de vapor se redondea en 1,36 CV y para saber la potencia de un coche (o cualquier otro vehículo) en caballos de vapor, basta con multiplicar los kW del motor por un 1,36 para tener el resultado.
- 1 kW = 1,359 CV (en la práctica se redondea a 1,36)
- 1 CV = 0,7353 kW (en la práctica se redondea a 0,74)
Para que sirva de ejemplo, un motor de 100 kW ofrece una potencia de 136 CV. Y de manera inversa, la potencia de un motor de 100 CV se traduciría en 74 kW. Esta última cifra es inusual en los coches eléctricos debido a la facilidad con la que se consigue una gran potencia con un motor relativamente pequeño.
De hecho, las cifras bajas de potencia no abundan entre los modelos eléctricos ya que incluso algunos de ellos tienen dos motores, sino más. ¿Qué quiere decir eso? Que en los vehículos de baterías la potencia total puede superar los 736 kW, que serían cerca de los 1.000 tradicionales caballos de vapor. Una potencia inimaginable en los motores de combustión tradicionales.
Ese dato nos demuestra cómo entender la potencia del motor de un coche es esencial al evaluar su rendimiento. Por eso es fundamental saber diferenciar qué es el kilovatio (kW) y cómo se relaciona con la potencia del motor, a partir de la diferencia entre kW y caballos de vapor (CV). La fórmula para convertir kW a CV es sencilla como has podido ver y recuerda, que comprender estos conceptos te permitirá tomar decisiones informadas al seleccionar un vehículo y evaluar su rendimiento.