Las ruedas de los vehículos son el elemento que soporta el peso diario y los golpes, por lo que sus piezas deben ofrecer el máximo rendimiento y seguridad. Muchos conductores desconocen la diferencia entre llantas y tapacubos. Descubre qué opción es más recomendable para cada tipo de vehículo y conductor.
Índice de contenidos
¿Qué son las llantas?
La llanta es una pieza metálica sobre la que se coloca el neumático. La funcionalidad principal es aguantar el peso del vehículo y sostener la parte de goma del neumático, por lo que se suelen fabricar de materiales robustos como el acero, el aluminio, la fibra de carbono, la aleación o el magnesio.
Las llantas de acero son las más populares para vehículos de gama media y baja, mientras que las de aleación, magnesio y aluminio suelen colocarse en vehículos de gama alta o deportivos. Las llantas de fibra de carbono son las que ofrecen un rendimiento mayor: tracción, aceleración, frenada y amortiguación.
En cuanto a las características de las llantas, su anchura es entre 15 y 19 pulgadas. Este componente del vehículo ofrece seguridad en la conducción, pero también se puede ver como un elemento decorativo.
¿Qué son los tapacubos?
Los tapacubos son elementos decorativos más que prácticos. Estas piezas se colocan sobre la llanta para protegerla o jugar con su acabado. El material principal de fabricación es el plástico dado que es ligero y económico, aunque la fiabilidad no es demasiado elevada.
Los tapacubos se montan con cierta facilidad al conjunto de la rueda y permiten cambiar el aspecto del coche jugando con el acabado y los colores. Estas piezas son estéticas, aunque conviene elegir un tapacubos que resista mínimamente los roces y los golpes.
Diferencias entre llantas y tapacubos
La primera diferencia entre llantas y tapacubos es evidente: las llantas sirven como soporte para la rueda siendo un elemento esencial, mientras que el tapacubos es un elemento estético. Esto significa que se puede prescindir del tapacubos, pero no de la llanta puesto que se coloca en el eje neumático del vehículo.
El tapacubos es un elemento protector que se acopla a la llanta, por lo que absorbe los arañazos producidos por pequeños roces con los bordillos al aparcar. La reparación o reemplazo de un tapacubos siempre será más económica que la de una llanta.
El material de fabricación de las llantas es más pesado (acero, aleación, fibra de carbono, magnesio, etc.), aunque también es mucho más resistente, en parte porque va a soportar todo el peso del vehículo. Los tapacubos suelen estar fabricados de plástico, excepto los modelos premium que pueden ser metálicos. Los tapacubos son más ligeros sin afectar a la seguridad del vehículo, sobre ellos no se ejerce fuerza durante la conducción.
¿Es recomendable utilizar tapacubos?
Teniendo en cuenta que el uso de llantas es obligatorio para la conducción, muchos conductores se preguntan si es necesario utilizar llantas o tapacubos simultáneamente. Estos elementos estéticos juegan con el acabado del vehículo. Si el aspecto del coche es una cuestión relevante, es recomendable utilizar tapacubos.
Los tapacubos ayudan también a proteger las llantas de los golpes y roces producidos durante la conducción, por lo que siempre es recomendable utilizarlos. Estos elementos suelen ser económicos, así que la inversión merece la pena porque siempre será más barato que realizar un cambio o reparación en las llantas.
Cualquier elemento que mejore la seguridad durante la conducción y evite el deterioro de alguna de las piezas, siempre será beneficioso, aunque la tendencia es a reducir el uso de los tapacubos. Esto se debe a una razón estética: las llantas originales de los vehículos suelen ser elegantes incluso en los modelos de gama media, por lo que muchos conductores prescinden de los tapacubos.
¿Cómo saber si tengo tapacubos?
Los coches se vendían con tapacubos hace un par de décadas, pero cada vez son menos habituales en los vehículos modernos. El tapacubos se acopla a la parte exterior de la llanta con una serie de pestañas, por lo que es reconocible a simple vista.
Los tapacubos se pueden combinar con cierta facilidad, así que no es extraño encontrar acabados que se acoplan a unas llantas con una estética más elegante que no corresponde con la del vehículo. El único requisito para instalar un tapacubos en un vehículo es ajustarlo al diámetro de la llanta y comprobar que soporta el índice de peso máximo (aspecto que se da por hecho si están homologados).
¿Cómo saber qué tapacubos debo colocar?
Los tapacubos se acoplan a llanta, por lo que se deben ajustar a la perfección. Antes de elegir un tapacubos, se deben comprobar las dimensiones del neumático y de la llanta, las cuales se pueden encontrar serigrafiadas en cada pieza.
El material de los tapacubos también es importante. Estas piezas suelen estar fabricadas de polipropileno y retractilado. El polipropileno es más flexible (es ligero) y el retractilado es más duro (resiste mejor a los golpes). La elección dependerá del uso diario que se haga del vehículo.
La mayoría de los tapacubos integran sistemas antirrobo bastante eficaces, aunque ya no es tan común el robo de estas piezas como hace unos años. Esto se debe en parte a la tendencia a prescindir de estas piezas.
En conclusión, las llantas son fundamentales para el eje motriz del vehículo, mientras que los tapacubos mejoran la estética y reducen el daño producido por roces y golpes. Las llantas son imprescindibles, los tapacubos son opcionales.