Cuando pensamos en un coche eléctrico, de primeras, lo que más nos interesa saber es cuál es su autonomía. La respuesta depende de varios factores como el estilo de conducción, los neumáticos, la temperatura o la aerodinámica del coche, pero lo más importante en todo ese conjunto es la potencia del motor eléctrico y la capacidad de la batería. Este último elemento es el más determinante y aunque por lo general poseen una larga vida útil, pudiendo alcanzar grandes autonomías durante muchos años, deberás conocer el estado de salud de la batería, sobre todo, si estás pensando en comprar un coche eléctrico de segunda mano.
Cuando nos decidimos a hacer una compra de este tipo, en los coches de combustión solíamos fijarnos en los kilómetros que había recorrido, pero cuando hablamos del coche eléctrico, las cosas han cambiado. A pesar de que las baterías pueden considerarse una tecnología revolucionaria, su vida útil tiene limitaciones y a medida se consumen sus ciclos de carga y descarga, la capacidad de almacenamiento comienza a reducirse lentamente. Por eso será fundamental conocer cuál es el estado de salud de la batería.
Esta información que resulta crucial no siempre es fácil de obtener, pero es fundamental conocer el estado de salud de la batería de un coche, conocido por sus siglas en inglés SoH (State of Health), para saber qué autonomía se puede esperar en ese coche que estás pensando en comprar y que en Clicars te podemos ofrecer, con el estado de salud de la batería ajustado a la realidad. De esa manera no te llevarás sorpresas con su rendimiento ni con su capacidad.
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¿Cómo puedo conocer el estado de salud de la batería?
La manera más sencilla de descubrir cuánta capacidad real tiene la batería de un coche eléctrico, es cargándola al 100% y posteriormente, comprobar cuántos kilómetros es capaz de cubrir. Sin embargo, esta prueba dependerá de factores como la manera de conducir, en qué época del año se lleve a cabo o cuánto apuremos la batería. Además de que es prácticamente imposible tener esa oportunidad, si el coche no es nuestro. Por lo tanto, las maneras más fiables de conocer el estado de salud de la batería de un coche eléctrico son los siguientes:
- Un vendedor profesional: si el coche eléctrico lo vende un profesional como Clicars o el departamento de segunda mano de un concesionario oficial, su obligación es aportar un certificado del SoH de la batería con el coche que venden.
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Diagnóstico por puerto OBD: es una conexión que nos permite verificar el estado de salud de la batería a través de la centralita del coche. Este lector está asociado a una app que permitirá leer el SoH de la batería, compartir el número de cargas rápidas que ha experimentado, cuántas cargas lentas, los kilómetros de vida que tiene a sus espaldas la batería y demás. Se trata de un pequeño aparato que cabe en la palma de la mano y cuesta, aproximadamente, 15 euros.
- Un taller oficial: el coste varía en función del taller y de la marca del coche. En este caso, el taller emitirá un certificado en el que se podrá ver el SoH, así como los kilómetros que tiene la batería y el coche. Se trata de una opción sencilla, pero que implica tiempo y desplazamiento.
- Panel de instrumentos del coche: se trata de una excepción y no la regla, ya que esta opción no está en todos los modelos de coche eléctrico. De hecho, es el Nissan Leaf el modelo que muestra la capacidad real de la batería a la derecha del cuadro de instrumentos. Si vemos 12 barras, el SoH es del 100% y en caso de ver ocho barras o menos, implica que el SoH de batería ha bajado por debajo del límite de la garantía.
Vida útil de la batería de un coche eléctrico
Lo primero que debes saber es que en el caso de las baterías, el deterioro no es lineal. Cuando hablamos de la vida útil de la batería de un coche eléctrico (la tecnología de es muy parecida a la de los teléfonos) debemos tener en cuenta que su deterioro puede acelerarse por el número de recargas rápidas, sobre todo si se carga al 100% con ese tipo de cargadores, nuestro estilo de conducción o el uso. Pero además, también habrá factores fuera de nuestro control como la temperatura o la fabricación de las celdas que la componen, que podrán variar la longevidad de su vida útil.
Por lo general se estima que la batería de un coche eléctrico debe durar, como mínimo, ocho años o 150.000 km. Traducido a ciclos de carga, eso puede equivaler a unos 3.000 aunque hay marcas, que ofrecen más protección y se atreven a proporcionar una garantía de por vida de la batería. Pero garantía aparte, lo normal es que superado ese límite la batería disminuya su capacidad a un 75%, lo que quiere decir que aunque reduce prestaciones, todavía tiene una vida útil importante por delante.
Se trata de una seguridad para el usuario el hecho de que la capacidad de la batería no perderá más del 25% de su eficacia a lo largo de esos años. Para que se cumplan con esos márgenes, los módulos que componen las baterías deben estar refrigerados para mantener unas condiciones estables de temperatura y en cuanto a lo que respecta a uno mismo, será muy importante saber que la recarga también será determinante para su duración. La batería acusará peor una carga rápida y sobre todo, las ultrarrápidas con potencias superiores a 150 kW, que sólo deberíamos usar en un apuro.
Síntomas de una batería en mal estado y mantenimiento
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la degradación de la batería es un proceso normal, que no supone el final de esta. Pero eso sí, habrá que prestar atención a ciertos síntomas que nos pueden indicar cómo la salud de nuestra batería está en mal estado. En primer lugar, una disminución en la autonomía ya nos puede indicar que la vida útil de la batería se ha reducido considerablemente y por lo tanto, podría estar en las últimas. Pero además, siempre debemos prestar atención a la capacidad de arranque del coche o a los fallos que pueda dar en el sistema eléctrico, algo que nos recuerda mucho a las señales que nos ofrece un coche de combustión tradicional.
Normalmente, la batería del coche eléctrico no necesitará un mantenimiento como tal, pero se pueden hacer acciones para garantizar que siempre esté en perfectas condiciones. Un fallo en la batería de un coche eléctrico podría suponer averías en otros elementos que se nutren de la misma.
Por eso es vital ser rigurosos con el cambio del líquido refrigerante de la batería, lo que normalmente ocurre a los 170.000 km y luego cada 120.000 dependiendo del fabricante. También hay que estar atentos a que la autonomía de la batería no se reduzca de manera drástica, lo que sería un indicativo de un mal funcionamiento y una posible avería.
Como ves, el mantenimiento no es algo demasiado complejo, sino que simplemente deberás tener en cuenta las recomendaciones del fabricante y prestar atención al rendimiento de la batería. Para garantizar su funcionamiento óptimo y prolongar su vida útil
cuida mucho el tipo de carga y el uso que le des a un elemento del que dependerá el rendimiento de tu coche en carretera.