Los conductores tienden a pensar que la forma más común de ahorrar combustible es repostando gasolina low cost. Lo cierto es que el consumo final de un vehículo depende del tipo de conducción que se realice, el peso del coche, la climatización o la relación de marchas empleada. Descubre cómo ahorrar gasolina con una serie de trucos.
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Ajusta la presión de los neumáticos para ahorrar gasolina
La presión de los neumáticos debe estar ajustada a la recomendada por el fabricante para garantizar una conducción eficiente. La presión debe adaptarse, si así lo indicase el fabricante, a las condiciones ambientales (generalmente más presión en temperaturas muy bajas).
Conducir con una presión de 0,5 bares inferior a la recomendada, implica un aumento del consumo de un 2% en áreas urbanas y de un 4% en las interurbanas.
Controlar el peso de tu vehículo para ahorrar gasolina
El peso del vehículo es un condicionante a la hora de optimizar el gasto de combustible. Este truco para ahorrar gasolina consiste en ajustar el peso a las necesidades de cada trayecto. Por ejemplo, conducir con 100 kg de más implica un aumento del consumo de combustible de hasta un 6%.
En el caso de tener la necesidad de cargar con demasiado peso, esta carga deberá estar ubicada en el maletero preferentemente. El reparto del peso se podrá realizar también entre el maletero y el habitáculo. En este último lugar, la carga debe estar ubicada correctamente para evitar peligros durante la conducción.
Apaga el motor si paras más de un minuto
Las paradas prolongadas de más de un minuto implican un aumento del consumo de gasolina si el motor no se apaga. Los motores en ralentí consumen unos 0,5 a 0,7 litros por hora aunque en el indicador del consumo indique 0,0 litros/100km, lo que termina siendo significativo a largo plazo.
En este sentido, muchos vehículos cuentan con el sistema start/stop que detecta cuando el coche está parado durante unos segundos y apaga el motor. Los vehículos de poco más de 5 años no suelen tener este sistema de ahorro de combustible, por lo que los conductores deben apagar el motor manualmente.
Planifica el viaje para evitar retenciones
La planificación de los viajes en hora punta o en operaciones salida y entrada en periodos vacacionales implica un ahorro considerable de combustible. El ahorro no solo se puede conseguir planificando la ruta más corta, también evitando retenciones. Por ejemplo, alargar el viaje unos 10 minutos implica un aumento del combustible en un 15% aproximadamente.
Ajusta la velocidad para ahorrar gasolina
El consumo de combustible tiene mucho que ver con el modo de conducción. Aquellos conductores que mantengan una velocidad uniforme (evitar frenar, acelerar o cambiar de marcha si la fluidez del tráfico no lo requiere) ahorrarán considerablemente. También implica un menor consumo levantar el pie del acelerador a altas velocidades si se prevé utilizar una salida o decelerar a cierta distancia. El motor pasará a ralentí, por lo que el consumo es prácticamente nulo: de unos 0,5 a 0,7 litros la hora.
Otros consejos de ahorro de gasolina durante la conducción son pisar el pedal del acelerador y el freno con suavidad, no alargar las marchas altas si no es necesario y evitar acelerar en bajadas sino utilizar la inercia del vehículo.
Optimiza las marchas a las revoluciones del motor
El cambio de marchas se puede optimizar para ahorrar el máximo combustible posible. Los vehículos consumen menos si circulan a bajas revoluciones, lo que se consigue aumentando las marchas. Esto se puede lograr en carretera con una relación de marchas entre la 5ª y la 6ª (si el vehículo tiene esta última marcha) siempre que sea posible. En ciudad es más complicado puesto que, a mayor marcha, mayor potencia del motor (velocidad). Una conducción eficiente sería utilizar la 3ª y la 4ª siempre que se respeten los límites de velocidad.
Los motores de diésel y de gasolina no optimizan las marchas de igual forma. En los vehículos de diésel se debe cambiar de marcha si se superan las 1.500 o 2.000 rpm, mientras que en los de gasolina se recomienda a partir de 2.000 y 2.500 rpm.
Aprovecha las bajadas y optimiza las subidas
Los descensos son el momento perfecto para ahorrar algo de combustible. Los vehículos se mueven por inercia en estos casos, por lo que el motor trabaja en ralentí. Las bajadas también permiten aumentar de marcha, por lo que las revoluciones del vehículo van a bajar.
Las subidas implican un mayor consumo puesto que el conductor debe pisar el acelerador y las revoluciones del motor aumentan. Una buena técnica para ahorrar combustible es acelerar suavemente sin pisar a fondo en ningún momento.
Controla la climatización del vehículo
El aire acondicionado o la calefacción aumentan el consumo de combustible durante la conducción, algo que se incrementa aún más al bajar en exceso la temperatura del habitáculo en verano o subirla en invierno. Lo recomendable es que la temperatura del interior del vehículo sea entre 21 y 23 grados durante todo el año.
Otro consejo para ahorrar gasolina con la climatización del vehículo es esperar unos segundos a que el motor alcance temperatura en invierno, la cual se transferirá al propulsor: el vehículo trabaja menos al calentar el aire. En primavera y verano es posible ahorrar gasolina abriendo la ventana, aunque solo en entorno urbano puesto que, a altas velocidades, el vehículo pierde aerodinámica.