No es fácil resolver un problema que no existe y mucho menos es sencillo planteárselo. Sobre todo si cuesta dinero. Ese puede ser el principal motivo que nos haga olvidarnos de un mantenimiento preventivo de nuestro coche. Pero, ¿conoces las consecuencias que puede tener evadir las visitas al taller?
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Podemos poner mucho de nuestra parte si cuidamos nuestros vehículos, sobre todo, si queremos alargar lo máximo posible su vida. La mayoría de conductores le resta importancia al mantenimiento del coche y no son conscientes de que la próxima visita al taller para una revisión, puede ser para arreglar una avería si no se han tomado medidas con tiempo.
Muchos fallos mecánicos habrían sido evitados con las revisiones adecuadas y eso no quiere decir que debas pasar los días en el taller. Gran parte de los cuidados que necesita tu vehículo se puede hacer de forma rápida y sencilla por lo que, si quieres saber cómo mantener tu coche al día, continúa leyendo y presta atención a cuáles son las mejores fórmulas para prolongar la vida útil del coche.
¿Qué mantenimiento necesita un coche?
La edad media de los coches en España ronda los 12 años y aunque se trata de una cifra longeva, sobre todo para el desarrollo de la tecnología, con el paso del tiempo el cuidado del vehículo se ha ido facilitando. En los modelos actuales, el ordenador de viaje te indica los intervalos de mantenimiento aconsejables e incluso, en las generaciones más novedosas, estas necesidades se adaptan al estilo de conducción y la exigencia a la que sometemos a la mecánica.
La realidad es que mantener tu coche al día no es tan difícil. Si bien, resulta complejo establecer qué hay que revisar exactamente en los mantenimientos habituales, pero hay ciertas partes comunes que son imprescindibles revisar. Para realizar un correcto mantenimiento del coche sólo tendremos que prestar atención al aceite y su filtro, así como otros filtros (aire, combustible y antipolen), al mantenimiento de los líquidos, la correa de distribución, frenos y neumáticos.
En caso de duda, el libro de mantenimiento te contará todos esos elementos a los que debes prestarle especial atención, si quieres librarte de una avería o incluso una multa. Según la DGT, conducir coches defectuosos supone la tercera causa de multas en el país, mientras que el RACE, calcula que más de 1.000.000 de las asistencias que realiza de manera anual está relacionada con la falta de mantenimiento. ¿Qué quiere decir eso? Que muchos problemas se podrían haber evitado con los cuidados adecuados que te comentamos.
- Aceite: se trata del elemento esencial en el mantenimiento. Lubrica el motor y suaviza su rozamiento, aunque una presencia excesiva puede afectar la presión interna del propulsor y causar una avería. Los expertos recomiendan cambiarlo cada 30.000 km ya que se ensucia y pierde propiedades, pero cada fabricante es un mundo. Sin embargo, todos coinciden en algo: al mismo tiempo que se sustituye el aceite, debe sustituirse el filtro, ya que se acumula aceite viejo y muchas impurezas.
- Filtros: previenen de pequeñas partículas o impurezas que pueden deteriorar varios componentes del vehículo. El del aire garantiza que aquel que llega al motor no contenga impurezas y conviene cambiarlo cada 15.000 kilómetros, aproximadamente. El del combustible, en el caso de los coches de gasolina, evita que las impurezas lleguen al motor. Mientras que en propulsores diésel, su función es retener el agua que posea el combustible y evitar que se convierta en un elemento corrosivo. En cuanto al filtro antipolen, este se encarga de garantizar un aire limpio en el habitáculo y debería sustituirse cada año o cada 15.000 kilómetros.
- Correa de distribución: el precio de una rotura en kit de distribución puede llegar a ser importante, ya que no es lo mismo cambiar simplemente la correa que reconstruir un motor. Se trata de una pieza fundamental en el sistema de distribución ya que se encarga de sincronizar y coordinar el movimiento de las válvulas de admisión y escape con los pistones del motor y por ello, su mantenimiento es esencial. Se recomienda una revisión entre los 80.000 y 100.000 kilómetros.
- Frenos: cuentan con un testigo metálico que emite un ruido muy característico el cual, nos hará saber cuándo están llegando al final de su vida últil. Además de controlar el líquido de frenos, debes saber que las pastillas delanteras tienen un mayor desgaste que las traseras, ya que la mayoría de los modelos en circulación son de tracción delantera. Es muy importante que este sistema se revise una vez al año, aunque se recomiendo el reemplazamiento tanto de las pastillas como de los discos cada 120.000 km.
- Neumáticos: de ellos depende la unión entre el coche y la carretera. Están diseñados para durar en torno a los 50.000 km, pero será el dibujo el que nos indique cuando ha llegado el momento de hacer el cambio. La ranura central debe tener una profundidad superior a 1,6 milímetros y de no ser así, habrá que pasar por el taller. Ir bien calzado no sólo te ayudará a conducir mejor y más seguro, sino que también influirá en el consumo de combustible.
Mantenimiento según el kilometraje
Los kilómetros recorridos por tu vehículo tienen relación directa con las reparaciones y revisiones que deben hacerse periódicamente para un buen mantenimiento del coche. Cuantos más viajes acumule el vehículo, más cuidado deberán tener los conductores y aunque los plazos de revisión son concretos para cada vehículo, ya que es el propio fabricante quien se encarga de establecerlos, no está de más conocer unas recomendaciones básicas que se han convertido en algo universal.
- A los 10.000 km: debería realizarse la alineación, balanceo y rotación de ruedas. Aunque en general se recomienda llevar a cabo este proceso cada 6 meses, una vez cumplida esta distancia es el momento para hacerlo. Además, aprovecha para realizar una inspección general donde revistar el estado del sistema eléctrico y elementos como el guardapolvos, las tuberías o las mangueras y las escobilla
- A los 20.000 km: para empezar debemos cambiar el filtro de aire del habitáculo o los filtros de polen del aire acondicionado. También habrá que hacerle una revisión a las bujías en el caso de los motores de gasolina (y si es necesario sustituir, aunque su vida puede extenderse hasta los 40.000 km) y al sistema de escape, en un buen momento para verificar el recorrido de los pedales del frena y el embrague.
- A los 40.000 km: es el momento de sustituir el líquido de frenos y revisar más en profundidad los discos. El resto de revisión se centraría en los amortiguadores, también en el aire acondicionado, especialmente si nos acercamos al verano, y los manguitos y latiguillos en general.
- A los 80.000 km: hay que sustituir la correa de distribución y revisar los accesorios junto a la bomba de agua. Cuando un coche alcanza esta distancia ya le podemos atribuir una vida relevante y habrá que comprobar el estado de la batería (con una vida media de cinco años).
- A los 120.000 km: en cierto modo es un vuelta a empezar con las pastillas de freno, líquidos, correas o el aceite. Habrá que cambiar lo que sea necesario pero también, tener en cuenta un elemento sobre el que no debes estirar más su mantenimiento: la correa de accesorios. Con esta distancia se ha cumplido un límite en el que también habrá que revisar la suspensión y prestar atención en cualquier otro elemento.
Claves del mantenimiento
El mantenimiento preventivo del automóvil siempre y cuando cumplamos con los plazos, nos ayudará a evitar averías. Si te preguntas dónde hacer el mantenimiento, basta con que te acerques al taller oficial de la marca o a un taller especializado. Allí se ocuparán de todo lo relacionado con la mecánica del vehículo y además, son los más indicados para detectar averías.
Cumpliendo con estas recomendaciones alargarás la vida útil del vehículo todo lo que puedas, por lo que te animamos a establecer un programa de mantenimiento adecuado y a buscar el apoyo de profesionales de confianza para asegurar un cuidado óptimo de tu vehículo. No te olvides de ningún indicador y sobre todo, de ninguna revisión. ¡Larga vida al coche!