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Como repetimos una y otra vez, la duración en buen estado de tu coche radica, básicamente, en un buen mantenimiento. Dentro de todos los elementos que deben pasar una revisión periódica para que todo funcione bien y no te encuentres con sorpresas está el sistema de frenos. Se trata de uno de los elementos más críticos en términos de seguridad y por lo tanto, mantenerlo en buen estado es crucial para no tener contratiempos durante nuestros trayectos. Porque básicamente, este sistema es el responsable de detener el coche de manera segura en diferentes condiciones de conducción.
Para que el sistema de frenos funcione sin contratiempos, hay un componente primordial que influye en su eficacia: el líquido de frenos. Se trata de un fluido fundamental durante el proceso de frenado, ya que es el responsable de que la detención del coche se produzca de manera adecuada. ¿Por qué? Porque se encarga de transmitir la fuerza del pedal del freno hasta las pastillas, generando la fricción necesaria para detener el vehículo. En este punto, debemos tener en cuenta que el líquido de frenos se convierte en uno de los medios de seguridad más relevantes para el conductor y por lo tanto, deberás tener muy en cuenta cuándo cambiarlo. Siempre, con el objetivo de que viajes protegido.
¿Cuándo se Debe Cambiar el Líquido de Frenos?
Aunque pueda parecer extraño debido a la importancia que tiene dentro de la conducción, el líquido de frenos es a menudo uno de los elementos más olvidados en el mantenimiento del coche. Sin embargo, cambiar el líquido en los intervalos adecuados es crucial para asegurarnos un rendimiento óptimo del sistema de frenado y al mismo tiempo, la seguridad de todos aquellos que viajan en el vehículo. Por eso te contamos cuándo debes cambiar el líquido de frenos en tu coche, ya que el momento adecuado variará en función del uso que le des a tu vehículo.
Generalmente, se recomienda cambiar el líquido de frenos entre los dos y cuatro años desde que se comenzó a usar. Pero también hay otra norma, que recomienda llevar a cabo el cambio cada 40.000 kilómetros. ¿Por qué debes optar? Siempre por la circunstancia a la que te enfrentes primero. Pero eso sí, no te olvides de revisar su estado regularmente, a pesar de tener en cuenta estos límites. El motivo reside en que este intervalo puede variar según las especificaciones del fabricante del vehículo y el tipo de líquido de frenos que utilicemos, además, de que el elemento puede contener agua y si excediese el 3% de la mezcla, podríamos provocar una avería si no lo cambiamos a tiempo.
Por eso, también es muy importante que prestes atención a estos signos de altera, que te estarán informando de que ha llegado la hora del cambio:
- Ruidos al frenar: chirridos o ruidos metálicos pueden indicar que las pastillas de freno están desgastadas. No siempre estará relacionado con la ausencia de líquido, pero sí es una de las causas.
- Pedal del freno esponjoso: si el pedal del freno se siente esponjoso o va hasta el fondo al presionarlo, podría haber aire en el sistema de frenos o una fuga de líquido de frenos.
- Disminución en la eficiencia del frenado: si sientes que el tiempo de frenado se prolonga y cuesta más detener el coche, puede estar relacionado con el líquido de frenos.
¿Qué Pasa si No se Cambia el Líquido de Frenos?
El mantenimiento regular del líquido de frenos es esencial para garantizar el correcto funcionamiento del sistema de frenado en cualquier coche. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué sucede si no se cambia el líquido de frenos cuando tu vehículo lo necesita? Aquí te lo contamos:
- Pérdida de eficacia en el frenado: el líquido de frenos puede sobrecalentarse y comenzar a formar burbujas de vapor. Estas burbujas comprimen más fácilmente que el líquido, lo que puede resultar en una pérdida significativa de eficacia en el frenado o, en el peor de los casos, en un fallo total de los frenos.
- Corrosión interna del sistema de frenos: el líquido actúa como lubricante para las partes internas del sistema de frenos y ayuda a prevenir la corrosión. Si no se cambia en el momento adecuado, la humedad acumulada puede provocar la oxidación de partes metálicas como los cilindros y las pinzas de freno.
- Desgaste prematuro de los componentes: el líquido de frenos viejo y contaminado puede acelerar el desgaste de los componentes del sistema de frenos, como las pastillas, los discos y los cilindros.
- Mayor riesgo de fugas: a medida que el líquido de frenos envejece y se contamina, su capacidad para lubricar y proteger el sistema de frenos disminuye. Esto puede llevar a un mayor riesgo de fugas y por lo tanto, una disminución en la presión de frenado e incluso, un fallo de frenos.
¿Cuánto Cuesta un Cambio de Líquido de Freno?
Hablar del sistema de frenos nos puede hacer pensar directamente, que todo lo relacionado con él tendrá un costo elevado una vez entramos al taller. Sin embargo, en el caso del líquido de frenos, su cambio resulta económico, sobre todo, si tenemos en cuenta que un mal mantenimiento si nos puede afectar al bolsillo de manera considerable.
Por lo general, cambiar el líquido de frenos ronda los 40 euros más la mano de obra, que por lo general suele representar la mayor parte del costo. Sin embargo, esa cifra es estimada, ya que todo dependerá del tamaño del vehículo, el sistema de frenos de cada modelo, la cantidad y la calidad del líquido de frenos que hayamos decidido utilizar. podría aumentar. Por norma general, el depósito tiene una capacidad de tres cuartos de litro, mientras que en los coches de más volumen la cifra asciende hasta un litro.
¿Cómo Saber si Tengo que Cambiar el Líquido de Frenos?
Sabiendo la importancia que tiene el líquido de frenos en el sistema de frenado te preguntarás cómo saber si debes cambiarlo. La respuesta más fácil te la da el cuadro de instrumentos, a través de un testigo de color rojo que nos indicará que el nivel está por debajo de lo recomendado. Pero más allá de ese aviso, tenemos otras opciones para saber si ha llegado el momento de hacer el cambio.
Si quieres comprobar tú mismo si el circuito de frenado tiene un nivel correcto de líquido, lo primero que debes hacer es levantar el capó del coche. A continuación, busca un depósito blanco con un tapón y en su interior encontrarás el líquido de frenos. Pero cuidado una vez que des con él, ya que se trata de un líquido corrosivo con el que debemos llevar cuidado a la hora de manipularlo. ¿Cuál es nuestra recomendación? Que sea un mecánico, con una máquina de vacío, quien se encargue de inspeccionar la salud de tu líquido. Y si ha llegado el momento de cambiarlo, nunca lo llenes al máximo para que el líquido no pueda rebosar.
Cambiar el líquido de frenos es una tarea de mantenimiento sencilla pero crucial, que no debes pasar por alto. Ignorar esta tarea puede llevar a una serie de problemas que no solo afectan el rendimiento de los frenos, sino que también ponen en peligro la seguridad en la carretera. Invertir en este elemento es crucial para garantizar el buen rendimiento de tu coche y sobre todo, para garantizar la seguridad de tu vehículo y todos los que viajan en su interior. No subestimes la importancia de el líquido de frenos y asegúrate de mantenerlo en las mejores condiciones posibles.