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¿Alguna vez te has preguntado cómo luciría tu coche si fuera de un color diferente, pero no quieres pagar miles de euros para que lo vuelvan a pintar? Bueno, BMW podría estar a solo unos años de hacer que la tinta electrónica personalizable esté disponible en los vehículos de producción. Sí, como lo oyes, podrás cambiar el color del coche cuando quieras.

Durante varios años, BMW ha estado explorando formas de hacer que el exterior de sus coches sea más especial, más allá de los colores personalizados que puedes pedir. En 2019, el X6 recibió el tratamiento Vantablack VBx2, que puede absorber casi por completo la luz. Es el negro más negro que existe, lo que convierte al SUV en el automóvil más oscuro que existe. Luego llegó el iX Flow en 2022 con la tecnología E Ink que lo hacía cambiar de color por completo, más o menos.

Inicialmente, la tecnología solo podía cambiar entre blanco y negro y todo lo que hay en el medio, es decir, había muchos tonos de gris. En 2023 se presentó una evolución de la tinta electrónica con el i Vision Dee. Ese prototipo realmente tenía una carrocería que cambiaba de tonalidad gracias a los 32 colores seleccionables. Y a principios de este año, BMW revisó la tecnología para el i5 Flow Nostokana, inspirado en el Serie 5 Art Car diseñado por Esther Mahlangu en 1991.

Si bien muchos habían pensado que la tecnología nunca se comercializaría, los ingenieros que la desarrollaron dijeron “sí” cuando se les preguntaron si podría lanzarse en tres a cinco años. “La idea es que llegue a una amplia base de clientes y el sueño es que en una fábrica de coches ya no haya las tradicionales cabinas de pintura con aerosol, sino que todo tenga [tinta electrónica] y todos los coches puedan usar todos los colores”, dijo la Dra. Stella Clarke a Drive durante un evento reciente para los medios en Australia. 

coche que cambia de color

Sin embargo, al principio será costoso y, probablemente, se limitará a ciertas regiones: “La verdad es que probablemente no sea la opción más rentable al principio, así que puedo imaginarlo comenzando en un mercado selectivo y luego, con suerte, ampliarse al resto del mundo”. Pero no es sólo la idea de poder personalizar el color de un coche sobre la marcha lo que resulta fascinante. Clarke afirma que los propietarios podrían cambiar el color de sus coches de negro a blanco cuando hace calor para mantenerlos más frescos. 

Además, el sistema requiere muy poca energía para funcionar. “Se alimenta con electricidad y cada pequeño segmento necesita dos puntos de contacto y se aplica un pequeño voltaje entre ellos para cambiar los colores, pero cuando se quita la energía, el color permanece allí. Cuando el coche está apagado, permanece del mismo color. ¡No necesita energía para estar encendido! Ninguna luz puede hacer eso. Y para cambiar el color de un coche entero no se necesita mucha energía, solo se consumen unos 20 vatios, que es aproximadamente lo mismo que una sola bombilla o una tira de LED en la puerta”.

En otras palabras, se crea una mayor personalización con el beneficio simultáneo de reducir potencialmente los costes de producción una vez que la tinta electrónica se adapte a los volúmenes del mercado masivo, pero también podría usarse para indicar el estado de carga de un vehículo eléctrico, o los robotaxis del futuro para indicar su disponibilidad. Naturalmente, dado que se trata de una tecnología alimentada por electricidad, uno podría tener preocupaciones sobre el agotamiento de la batería, pero parece que eso ya está subsanado.

Con cierta lógica, sería necesario que existiera una legislación que regule el uso de la susodicha tecnología para evitar su uso indebido por parte de quienes buscan evadir a las autoridades y para que las personas que se dedican a estar a otras cosas mientras conducen distraigan a otros usuarios de la vía con cambios de color innecesarios. Es probable que las nuevas leyes limiten el uso de tinta electrónica sólo cuando el vehículo esté estático, lo cual tiene sentido.