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En los últimos años, los llamados Vehículos de Movilidad Personal (VMP), popularmente conocidos como patinetes eléctricos, se han convertido en protagonistas de las urbes. Su auge no es casualidad: ofrecen una alternativa rápida, económica y ecológica frente a los tradicionales medios de transporte, sortean el tráfico con facilidad, reducen las emisiones contaminantes y reduce el precio de un desplazamiento. Por eso han encontrado hogar en millones de personas en todo el mundo.
Si bien todavía enfrentan algunos retos como una infraestructura adecuada, su popularidad sigue en ascenso, marcando el ritmo de un futuro más eficiente en nuestras ciudades. Y eso también conlleva un gran desafío: garantizar la seguridad vial. La ausencia de una regulación adecuada puede transformar estos prácticos vehículos en un riesgo tanto para los usuarios como para los peatones. Unas normativas claras y bien implementadas son esenciales para establecer límites de velocidad, zonas permitidas de circulación y el uso de cascos, como veremos a continuación.
¿Qué es un Vehículo de Movilidad Personal?
Parece obvio, pero es importante tener en mente lo que establece el Reglamento General de Vehículos define como un VMP: “vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos que pueden proporcionar una velocidad máxima por diseño comprendida entre los 6 y 25 km/h. Solamente pueden estar equipados con un asiento o sillín si están dotados de un sistema de autoequilibrado. Esta definición excluye a los vehículos para personas con movilidad reducida”.
Requisitos obligatorios para el uso de patinetes eléctricos
En España, como en muchos países, el uso de patinetes eléctricos está sujeto a una serie de normativas específicas diseñadas para garantizar la seguridad vial. Por ejemplo, el uso del casco ya es obligatorio para todos los menores de 15 años. Para los adultos, aunque no es de carácter obligatorio, sí se recomienda encarecidamente su uso para mejorar la seguridad personal en caso de accidente.
Asimismo, los patinetes eléctricos deben estar equipados con una luz blanca delantera y una luz roja trasera. Estas luces son esenciales para aumentar la visibilidad del usuario durante la noche o en condiciones de poca luz, reduciendo el riesgo de accidentes. Junto a ellas, es de obligatoriedad que los patinetes eléctricos cuenten con un timbre para permitir al usuario advertir de su presencia a los peatones y otros vehículos, ayudando a prevenir colisiones y mejorar la comunicación en la vía pública.
Además de las luces y el timbre, los patinetes deben contar con elementos reflectantes en la parte trasera y delantera. Los reflectores mejoran la visibilidad del patinete desde distintos ángulos, especialmente en condiciones de baja iluminación. Justo en estas condiciones es de uso obligatorio también la ropa reflectante, y aunque parezca de lógica y vayas equipado con todo el paquete de reflectantes, no está permitido circular por autopistas, autovías, vías interurbanas o por las acercas, ni usar auriculares o el móvil.
A pesar de que habrá algunos detractores, es importante destacar que un patinete eléctrico debe estar configurado para no superar los 25 km/h, según la normativa vigente, y deberán contar con sistemas antimanipulación si has comprado un patinete nuevo recientemente. Por supuesto, cualquier patinete eléctrico homologado deberá de contar con frenos con una desaceleración mínima de 3,5 m/s2 en cada eje, y de un “sistema de estabilización en aparcamiento”, lo que viene a ser una pata de cabra lateral o caballete central.
¿Qué cambia en 2024?
Todo patinete eléctrico comercializado a partir del pasado 22 de enero de 2024, además de contar con los elementos citados anteriormente, también deberá poseer una placa informativa en la que figure el número de certificado del vehículo y las características del patinete, como su velocidad máxima, marca y modelo, número de serie y año de fabricación. Desde la propia página web de la Dirección General de Tráfico (DGT) puedes echar un vistazo al listado de todos los VMP certificados actualmente en nuestro país.
¿Y qué pasa con los patinetes eléctricos vendidos antes del 22 de enero de 2024? En base a la nueva normativa, existe una moratoria de cinco años para los patinetes eléctricos que se hayan comprado antes de esa fecha, permitiendo su circulación legal hasta el 22 de enero de 2027. Tras vencer, sólo podrán circular los VMP con la homologación correspondiente. Y antes de que lo preguntes, sí, podrás homologar tu viejo patinete si lo deseas. Como con un coche, tendrás que ir a un laboratorio autorizado o a un organismo competente con toda la información técnica disponible y pagar por la conversión.
Regulaciones sobre el uso de patinetes por menores de edad
Como tal, no existe una ley a nivel estatal que especifique cuál es la edad mínima para usar un patinete eléctrico para todos los municipios. La DGT sugiere que los usuarios de dichos vehículos deberían tener al menos 16 años. Y también hay que tener en cuenta la ordenanza municipal de cada localidad. Por ejemplo, la Ordenanza de Movilidad Sostenible (artículos 175- 180) del Ayuntamiento de Madrid regula, que la edad mínima para conducir patinetes eléctricos es de 15 años.
Sin embargo, aquellos menores de 15 años, sólo podrán hacer uso de este tipo de vehículos si están adaptados a su edad, altura y peso, se encuentran acompañados de un adulto y en espacios cerrados al tráfico. En el caso particular de la capital del país, el casco resulta obligatorio si tienes menos de 18 años. En cualquier caso, siempre es recomendable llevarlo puesto con el fin de mitigar los daños en caso de accidente.
Multas por no respetar las normas con un patinete eléctrico
De acuerdo con Tráfico, las sanciones por no obedecer todas las normas establecidas en el Reglamento General de Circulación con un patinete eléctrico, como cualquier otro vehículo, son las siguientes:
Conducir en patinete eléctrico bajo los efectos del alcohol y otras drogas puede acarrear una multa entre 500 y 1.000 euros, en función de la tasa de alcohol, o de 1.000 euros si se trata de drogas. En caso de dar positivo, además, el vehículo quedará inmovilizado, tal y como ocurre con el resto de vehículos.
Por usar el teléfono móvil mientras se conduce un patinete o cualquier otro dispositivo de comunicación, la multa será de 200 euros.
Para quienes lleven auriculares conduciendo, conduzcan durante la noche sin alumbrado o prendas reflectantes, o si no se lleva casco, si la ordenanza municipal contempla la medida como obligatoria, la multa será de 200 euros.
Consejos de seguridad y buenas prácticas
El uso de patinetes eléctricos puede ser una forma eficiente y divertida de moverse por la ciudad, pero es crucial hacerlo de manera segura y responsable. Familiarízate con las leyes locales que regulan el uso de patinetes eléctricos, incluyendo las zonas permitidas, los límites de velocidad y las señales de tráfico con el fin de evitar multas y, más importante, accidentes.
Aunque en algunos lugares el casco no es obligatorio, nunca está demás llevarlo. Y a pesar de que no puedas superar los 25 km/h de velocidad máxima permitidos, ajusta tu velocidad según el entorno. Por supuesto, usa las luces delanteras y traseras, especialmente al circular de noche o en condiciones de escasa luz, así como un timbre para alertar a peatones y otros vehículos de tu presencia.
Presta atención a tu entorno. Mantente alerta de todo lo que pueda cruzarse en tu camino, así deja el móvil y los auriculares en el bolsillo hasta que llegues a tu destino. Y, por último pero no menos importante, usa el sentido común. Evita maniobras peligrosas, como zigzaguear entre vehículos, y nunca conduzcas bajo los efectos del alcohol o drogas. Respeta siempre a los demás usuarios de la vía y echa un vistazo al estado del patinete de vez en cuando.
En pocas palabras, actúa con precaución. Así te asegurarás que todos puedan disfrutar de los beneficios de esta revolución urbana sin comprometer la seguridad. En un mundo donde la movilidad sostenible es clave, regular adecuadamente los patinetes eléctricos no solo es necesario, sino imprescindible para un tránsito más seguro y ordenado.