Tan solo pensar en tener que ir al taller, ya nos produce -casi- más estrés e incomodidad que ir al dentista. A pesar de intentar evitar la visita, a veces, nos encontramos momentos en las que es necesario. Sin embargo, podemos prevenir ciertas circunstancias que se repiten y que finalmente producen una avería.
Existen ciertos vicios negativos que incrementan la frecuencia de asistencia al taller. Un 13% de las visitas por reparaciones vienen derivadas de este tipo de malas prácticas y, por tanto, podrían evitarse. Aquí dejamos una serie de consejos de prácticas para conservar nuestro coche como nuevo:
- Retrasar los mantenimientos: En un primer momento, la opción de retrasar los mantenimientos puede parecer una buena idea. Sin embargo, este ahorro inicial puede salirte muy caro y es que alargar acudir al taller puede desembocar en una avería posterior.
- Conducir con neumáticos gastados o sin presión: Los neumáticos son una de las partes fundamentales de un coche. Es conveniente revisar su estado al menos una vez al mes y, especialmente, si vamos a realizar algún viaje de largo recorrido. No sólo por el peligro que supone en términos de seguridad, sino también por el desgaste de las gomas por el rozamiento.
- No hacer caso a las luces del tablero: Cualquier piloto encendido en un coche supone que activemos una alerta. Ignorar este aviso puede tener consecuencias más graves de las que parecen. Una revisión y reparación preventiva puede resolver problemas que serían más graves si no se arreglasen.
- No limpiar el coche: Aunque este punto puede parecer una elección personal y más ligada con la imagen del coche que con cualquier otra cosa, tiene mucho más detrás. La suciedad puede deteriorar ciertas partes más sensible del coche, como puede ser la carrocería o las partes plásticas.
- Abusar del embrague: Una de las averías más frecuentes proviene del mal uso del embrague. Es una de las piezas del coche que está en contínuo uso y esto, provoca que sea una de las que mayor desgaste tiene. Un alto tanto por ciento de las averías provocadas por malos vicios viene de un abuso del embrague. Esto simplemente puede solucionarse siendo precavido en su uso, e intentando pisarlo solo cuando sea necesario.
- Conducir con el coche en reserva: ¿Apuras siempre al máximo para ir a la gasolinera? Pues esta práctica puede llevarte al taller. Las impurezas producidas en la combustión pueden afectar a su buen funcionamiento.
- Pasar a demasiada velocidad los badenes: Estaremos sometiendo a un sobreesfuerzo innecesario a los neumáticos, amortiguadores y al chasis, si no acotamos la velocidad al pasar por encima de un resalto.
- No sobrecargar el coche de peso: Si eres de las típicas personas que cuando se va de viaje, siempre mete en el coche más cosas de la cuenta porque nunca sabes que te va a pasar, deberías de saber esto. Un exceso de peso en el coche produce un daño en ciertas partes de un coche como pueden ser los neumáticos o en los amortiguadores, que tienen un gran coste.
- Aparcar encima de aceras o pegados al bordillo: Aparcar puede ser un sufrimiento para el conductor, pero también puede serlo para tu coche. Subir más de 5 centímetros un vehículo provoca un fuerte deterioro del estado del coche, incidiendo en neumáticos, llantas, dirección y suspensión.
Ahora que ya sabes como mimar tu coche, puedes pensar en llevarte a casa uno nuevo. Si, además, quieres que tu coche pierda el menor valor posible, has aparcado en el sitio correcto 😉 Como ya comentamos en post anteriores, los vehículos seminuevos tienen menos depreciación, entre muchas otros beneficios. ¿Quieres encontrar tu coche de Buena mano? Clicars es tu sitio.