Ya han pasado dos décadas desde que el primer motor W12 se instalase en los modelos de Bentley. Tras más de 100.000 unidades fabricadas a mano, se ha convertido en el motor de 12 cilindros más popular del siglo XXI. Sin embargo, la firma británica está dando un paso adelante para convertirse en la marca líder de la movilidad de lujo sostenible. Eso implica decir adiós a este increíble propulsor.
Este enorme corazón desarrollado por el Grupo Volkswagen fue introducido en 2003 en el Continental GT. Buscando el refinamiento y la potencia de un motor de 12 cilindros, pero sin un tamaño excesivo, nació este motor. En esencia, se basaba en dos bloques V6 de ángulo estrecho que compartían un mismo cigüeñal, haciendo que el W12 fuese un 24 % más corto que un V12 convencional. Eso era ideal para encajar en el vano de una carrocería de líneas tensas y musculosas como las del Continental GT.
Con una admisión, escape, turbocompresor e intercooler desarrollados internamente por los ingenieros de Bentley, el mencionado modelo desarrollaba 552 CV, con un par máximo de 650 Nm continuo entre 1.600 y 6.100 rpm, lo que otorgaba al nuevo modelo la oleada de par a cualquier régimen. La combinación de este enérgico motor, la tracción integral y su velocidad máxima cercana a los 320 km/h, junto con la forma sensual del Continental GT, causó sensación en todo el mundo y lo convirtieron en un éxito.
Cada motor W12 se crea a mano, un proceso que lleva alrededor de siete horas y requiere el meticuloso ensamblaje de 2.600 piezas separadas. Los pistones y las bielas se emparejan en conjuntos equilibrados con fracciones de gramo para que el motor terminado gire con la suavidad suficiente para pasar la famosa “prueba de la moneda” y ofrecer una potencia y una fiabilidad óptimas. El W12 terminado, después de someterse a pruebas de fugas, de frío y en caliente, es capaz de impulsar un Continental GT Speed de 0 a 100 km/h en apenas 3,6 segundos y hasta 335 km/h de forma contínua y silenciosa.
La introducción del Bentyaga en 2015 supuso un rediseño completo del W12, fruto de tres años de desarrollo y pruebas. Los turbocompresores twin-scroll ofrecían una respuesta más rápida y un par motor inmediato; dos sistemas de combustible diferentes garantizaban que no se comprometiera el rendimiento ni las emisiones; y, algo crucial para el rendimiento off-road del Bentayga, el motor se probó para funcionar en ángulos de inclinación de hasta 35 grados en cualquier dirección. Sustituyó a su predecesor en toda la gama.
Y aunque nunca fue concebido como un motor destinado a la competición, el Bentley W12 logró varios hitos importante. En 2007, el cuatro veces campeón del mundo de rally Juha Kankkunen se adjudicó el récord mundial de velocidad sobre hielo con un Continental GT, alcanzando 321,8 km/h en un tramo de mar helado en la bahía de Botnia. Regresó en 2011 con un Continental Supersports Convertible de 621 CV y elevó el listón a 330,7 km/h. Cuatro años más tarde, el actor Idris Elba estableció un nuevo récord de velocidad en tierra del Reino Unido registrando 290 km/h al volante de un Continental GT Speed.
En 2018, el dos veces ganador Rhys Millen estableció un récord para el SUV de producción más rápido en Pikes Peak, Colorado. Conduciendo un Bentayga W12, completó el recorrido de 20 kilómetros en solo 10 minutos y 49,9 segundos, bajando casi dos minutos el punto de referencia anterior. Millen regresó en 2019 con un Continental GT Speed W12 y estableció un nuevo récord para un automóvil de producción en Pikes Peak, marcando un tiempo de 10 minutos y 18,5 segundos, superando el récord anterior por 8,4 segundos.
A grandes rasgos, el motor W12 fue un éxito. Jugó un papel vital en la evolución de Bentley como marca de automóviles de lujo. Durante su vida, el desarrollo constante vio un aumento del 34 % en potencia y del 54 % en par motor, al tiempo que se logró una reducción del 25 % en emisiones de CO2. Como despedida, el Batur pasará a la historia como el Bentley definitivo con motor W12: solo se han fabricado 18 ejemplares coupé y 16 descapotables, y cada uno de ellos está propulsado por este corazón de gasolina exprimido hasta los 740 CV y 1.000 Nm.
El W12 será reemplazado por un nuevo sistema de propulsión orientado al rendimiento que marcará el inicio de una nueva era para la empresa con sede en Crewe. Este sistema híbrido de alto rendimiento combinará un potente motor de combustión V8 con una tecnología de batería para convertirlo en el propulsor más potente jamás ofrecido en un Bentley, con 782 CV y 1.000 Nm. Pero eso no quita el hecho de que sentiremos cierta nostalgia por el icónico W12. Pase lo que pase a medida que Bentley se embarca en la era eléctrica, no será olvidado.