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Llegan esos días calurosos del año que se irán extendiendo por una larga temporada. Es el momento de disfrutar de un viaje de frescura y comodidad gracias al aire acondicionado de tu coche. Ese caluroso día de verano, que estás al volante con el sol golpeando fuerte, pero no hay problema porque ese héroe silencioso llamado compresor te salva el día. Eso cuando no le da por romperse.
Sin él, tus viajes en verano pasan a convertirse en aventuras sudorosas y pegajosas en las que dependerás del aire a condición… A condición de cuánto bajes la ventanilla y el calor del viento que te tocará disfrutar. A continuación te explicaremos desde cómo funciona dicho componente hasta su mantenimiento preventivo, abordando también los síntomas de una posible avería y cuáles son las comprobaciones que podemos hacer para evitar cambiar el compresor antes de tiempo, o si bien toca reemplazarlo.
Funcionamiento del compresor del aire acondicionado
El compresor del aire acondicionado es como el mago del frío en tu coche. Se encarga de coger el aire caliente y pesado del exterior y lo convierte mágicamente en una brisa fresca y revitalizante que hace que tu trayecto sea mucho más agradable. Piensa en el compresor como un corazón que bombea aire fresco a través de todo el sistema de climatización.
Un objeto que funciona comprimiendo y enfriando el gas refrigerante para convertir el aire caliente en una brisa fresca y confortable en el habitáculo del vehículo. ¿Cómo? En el primer paso, al comprimir el refrigerante gaseoso de baja presión que llega desde el evaporador, su presión aumenta a la par que la temperatura, convirtiéndolo en un gas de alta presión y alta temperatura. Este gas caliente se bombea hacia un condensador que disipa el calor hacia el exterior del vehículo para que el refrigerante se enfríe y se condense en forma de líquido.
Luego, el líquido de alta presión y baja temperatura se dirige hacia la válvula de expansión, donde se expande y se convierte nuevamente en un gas de baja presión y baja temperatura, listo para absorber el calor del habitáculo a medida que circula a través de las toberas de aire, creando así una agradable sensación de frescura en el interior del coche. El compresor es, por lo tanto, el componente clave que inicia y facilita el proceso de enfriamiento del aire dentro del vehículo, garantizando ese ambiente agradable y refrescante para los ocupantes.
Síntomas de un compresor dañado
Lamentablemente, como casi todos los componentes que operan con piezas móviles que son sometidas a estrés a lo largo de los años, es probable que, un día, el compresor del aire acondicionado del coche se rompa. Cuando esto ocurra, antes presentará algunos signos que pueden manifestarse como:
Ruidos anormales: si escuchas algunos sonidos inusuales, como chirridos, zumbidos o golpes provenientes del área del compresor cuando el aire acondicionado está en funcionamiento, podría indicar un claro problema con el compresor. Estos ruidos pueden ser causados por los rodamientos desgastados, componentes sueltos o dañados dentro del compresor.
No enfría como debería: si notas que el aire que sale de las rejillas de ventilación no está tan frío como solía ser o si el sistema de aire acondicionado tarda más en enfriar el habitáculo de lo habitual, es posible que haya un problema con el compresor. Esto podría deberse a una fuga de refrigerante (o la ausencia del mismo), un fallo en el compresor o problemas en otros componentes del sistema de climatización.
Vibraciones inusuales: las vibraciones excesivas en el volante, el salpicadero o el pedal del acelerador mientras el aire acondicionado está encendido pueden indicar problemas con el compresor. Estas vibraciones suelen ser causadas por desequilibrios internos, componentes desgastados o dañados, o un mal funcionamiento del compresor.
Mal olor en el habitáculo: si percibes un olor desagradable, como a moho o humedad, y que viene de las rejillas de salida de aire cuando el aire acondicionado está encendido podría ser un signo de problemas con el compresor. Esto podría indicar la presencia de bacterias o moho dentro del sistema de aire acondicionado por la acumulación de humedad o contaminantes en el compresor u otros componentes del sistema.
Comprobación visual y auditiva
Realizar una inspección visual del compresor de aire acondicionado es una tarea que puede resultar útil también para detectar posibles signos de daño en el compresor y garantizar el buen funcionamiento del sistema de climatización de tu vehículo. Comienza por localizar el compresor, generalmente cerca del radiador del motor. Una vez localizado, cuidadosamente mira el compresor en busca de posibles fugas de aceite, que se manifestarán como manchas en el compresor o en su entorno, grietas, abolladuras o corrosión.
Además de la inspección visual, decíamos que es crucial prestar atención a cualquier ruido extraño que pueda producir el compresor durante su funcionamiento. Operando normal, el compresor puede generar un zumbido suave, pero cualquier chirrido, zumbido fuerte, golpe o ruido anormal suele indicar un problema. Si escuchas algo sospechoso, es vital investigarlo más a fondo o llevar el vehículo a un taller mecánico para una evaluación profesional, pues ignorar los ruidos extraños podría resultar en daños mayores (y más caros).
Pruebas de presión y rendimiento
Si queremos realizar unas pruebas más detalladas para evaluar el estado del compresor del aire acondicionado y detectar posibles problemas, se puede medir la presión y rendimiento del sistema de climatización del vehículo. Para ello se conecta un manómetro al sistema, el cual mide la presión del refrigerante. Si esta es demasiado baja, puede indicar una fuga en el sistema que debe ser reparada. Por otro lado, si la presión es demasiado alta, podría sugerir un problema con el compresor, como un bloqueo en el sistema de refrigeración.
Además de la prueba de presión, un test de rendimiento evaluará la capacidad de enfriamiento del sistema. Esto implica medir la temperatura del aire que sale de las rejillas de ventilación con un termómetro de infrarrojos mientras el aire acondicionado está en funcionamiento. Si la temperatura del aire no alcanza el nivel deseado o tarda demasiado en enfriarse, podría indicar un problema con el compresor o con algunos de los otros componentes del sistema de climatización, como el condensador o el evaporador.
Diagnóstico profesional y precio de un nuevo compresor
Si sospechas que hay un problema con el compresor del aire acondicionado de tu vehículo, te recomendamos buscar ayuda de un mecánico profesional lo antes posible. Los mecánicos cuentan con el conocimiento, la experiencia y herramientas adecuadas para hacer pruebas exhaustivas y diagnósticos precisos del sistema de aire acondicionado.
Una persona cualificada en el tema podrá realizar pruebas más exhaustivas, como pruebas de presión y rendimiento que medirán el estado del compresor y detectarán así cualquier problema potencial. Además, podrán hacer reparaciones especializadas, como la reparación o sustitución del compresor, si fuera necesario. La reparación del compresor de un coche puede costar desde 40 hasta más de 1.500 euros, aunque lo más frecuente es encontrarse con cifras que oscilan entre los 250 y 850 euros, dependiendo del modelo y la pieza per sé.
Mantenimiento preventivo
Haciendo un mantenimiento regular del sistema de aire acondicionado podemos intentar prevenir problemas futuros con el compresor y garantizar un funcionamiento óptimo del sistema, como por ejemplo cambiando el filtro de aire del habitáculo (se recomienda cada 10.000 a 15.000 kilómetros), revisar el nivel de refrigerante (que no sea demasiado bajo o alto), realizar inspecciones periódicas como las ya mencionadas o limpiar las toberas de aire del habitáculo (que acumulan polvo y suciedad con el tiempo).
Siguiendo todos estos consejos, puedes estar pendiente de cualquier problema que pueda presentar el compresor de aire acondicionado y mantener un ambiente fresco y confortable en el interior de tu vehículo. Así que la próxima vez que enciendas tu aire acondicionado y sientas esa agradable ráfaga de frescura, recuerda hacer mención especial al pequeño pero poderoso compresor que hace que tu viaje sea mucho más cómodo. Es el héroe refrescante que tu coche necesita.
Sin este componente vital, los días calurosos de verano se transforman en incómodas y sofocantes travesías por lo largo de los kilómetros, haciendo que la conducción sea menos placentera y segura para los ocupantes del coche. Piénsalo, estar tras los mandos de un coche requiere de todos tus sentidos en todo momento, y solo los puedes aplicar cuando te sientes cómodo a bordo.