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Seat está de celebración y aunque la historia de ese mítico Ibiza comenzó hace 40 años, anteriormente la marca española comenzó su aventura en el mundo de la automoción con un hito histórico. En 1950 Seat llegó para hacer historia y se convirtió en el primer fabricante de turismos en España para, a día de hoy, tener reconocimiento a nivel mundial. Esa pequeña producción que comenzó con 10.000 vehículos por año, fue creciendo con el paso del tiempo e hizo del Seat 600 su primer modelo icónico. 

Con el 600 nació una estrella y fue el momento de dar un paso más en el mundo de la automoción. Porque comenzó a aumentar la demanda internacional hasta alcanzar más de un millón de unidades, que tuvieron como resultado un coche histórico: el Ibiza. Este modelo se impuso en el mercado de los coches urbanos compactos y con él, Seat se convirtió en parte de la familia Volkswagen para asegurar su futuro y supervivencia en la industria. El grupo VW se hizo con el 75% de la compañía española, que dos años antes (1984) había lanzado el Ibiza como carta de presentación para convencer de que habían llegado para quedarse.

El Ibiza fue uno de esos modelos que trascienden en el tiempo y dejan una huella imborrable en la historia del sector. Y lo hizo cautivando a conductores de todo el mundo, para celebrar ahora 40 años de historia como uno de los pilares de la industria automotriz española, que comenzó a hacer historia en la planta de Zona Franca el 27 de abril de 1984. Porque este modelo fue el primero que desarrolló íntegramente por su cuenta la marca española y al mismo tiempo, el pionero de su expansión internacional. 

Seat Ibiza Modelo

Primeros pasos del Seat Ibiza

Desde sus inicios, el Seat Ibiza se destacó por su innovación y su capacidad para adaptarse a las cambiantes demandas del mercado. Para su debut en el mercado colaboró con firmas de renombre como Italdesing, que se encargó del diseño, o Porsche, encargado de retocar algunas mecánicas que lucían orgullosas en la tapa de la culata. El Ibiza marcó un hito con su estilo moderno y deportivo, para capturar la atención de los aficionados al automóvil en todo el mundo.

Destacaba una longitud de 3,6 metros y ofrecía un notable espacio interior, en esa carrocería que destacaba por su gran superficie acristalada y las ruedas en los extremos. Esta primera generación salió a la venta por unas 825.000 pesetas (que serían el equivalente a 16.000 euros en la actualidad) y bajó el capó, estaba dotado con motores de gasolina y diésel que abarcaban entre 44 y 100 CV.

Un Ibiza muy real

A lo largo de las décadas, el Ibiza ha experimentado numerosas actualizaciones y renovaciones. Sin embargo, la realidad es que convenció desde el primer momento. De su primera generación se comercializaron 1,29 millones de unidades. Y entre ellas siempre existió una muy especial: aquella que el Rey Juan Carlos regaló en 1986 a su hijo Felipe, el actual monarca, cuando estrenaba la mayoría de edad y por supuesto, también su permiso de conducir. 

Esa unidad salió de la fábrica pintada en un color dorado especial, como guiño a la corona, y tenía múltiples detalles únicos como aletas traseras ensanchadas o un doble alerón posterior, que se movían al compás de los 100 CV que ofrecía un propulsor, que en aquel momento no estaba disponible para ninguna otra de las versiones que estaban puestas a la venta.

El buque insignia del Ibiza

Hoy en día, el Seat Ibiza continúa siendo uno de los modelos más populares y exitosos de la marca. Sin embargo, su segunda entrega se posicionó como una de las más populares de la historia. En total se fabricaron 1,5 millones de unidades y protagonizó su estreno oficial en la fábrica de Martorell en 1993. Entonces el lanzamiento ya lo hizo bajo la órbita de VW y se convirtió en un icono de la industria gracias a sus versiones TDI que venían con sorpresa incluida: daban mucha más potencia de la anunciada. 

Éxito en competición

Precisamente esa segunda versión fue la base del Ibiza Kit Car con el que Seat despuntó en el mundo de la competición. Con participación en diversos eventos, el colofón definitivo para el Ibiza fue su presencia en el Mundial de Rallys, donde cosechó numerosos éxitos y victorias. Su agilidad, potencia y fiabilidad lo convirtieron en una opción popular y le llevó a ganar tres Campeonatos del Mundo FIA de dos litros (en 1996, 1997 y 1998). Y de ahí surgieron las variantes de Cupra, que a día de hoy se ha convertido en una exitosa marca propia que también hace presencia en campeonatos mundiales como el de Turismos Eléctricos o la Fórmula E.

Un legado duradero

A lo largo de sus 40 años de historia, el Seat Ibiza ha sido objeto de elogios y reconocimientos por parte de la industria automotriz y los medios especializados. Actualmente se comercializa en su sexta generación y acumula más de seis millones de vehículos fabricados. Esta entrega se ha convertido en la de mayor éxito para Seat en toda su trayectoria a lo largo de la historia y además, durante varios años fue el modelo que más comercializó la marca española en el mercado. A lo largo del tiempo presentó curiosos prototipos como un cabrio o un Ibiza eléctrico en la segunda generación, pero siempre será recordado por su diseño, rendimiento y calidad, que han consolidado su reputación como uno de los mejores automóviles de su clase.