El Mercedes-Benz Clase G es todo un icono en el mundo de los todoterrenos puros y duros. Si bien fue construido inicialmente como un vehículo militar, el paso de los años lo ha ido puliendo hacia un enfoque más lujoso y dinámico para un público más adinerado. Eso, por supuesto, también incluye a las potentes versiones firmadas por AMG o carrocerías de tres puertas, o incluso una vertiente descapotable.
Esta última hace más de dos décadas que se dejó de fabricar, pero también es una de las más cotizadas. Además, nunca se ofreció como un genuino AMG. Y es aquí donde aparece Refined Marques con un Mercedes-AMG G63 descapotable con puertas suicidas. La firma de superlujo solo construirá 20 unidades, cada una a partir de 1,2 millones de euros, lo que lo hace mucho más caro que cualquier otro Clase G que jamás haya visto la luz. Posiblemente, incluso más de lo que sería capaz de hacer Maybach (si estuviera dispuesta una vez más).
La historia tras este peculiar todoterreno comenzó a través de un propietario de un Clase G descapotable de casi una década. Su hijo, de cinco años, le preguntó si el Brabus G700 en el que viajaba podía fabricarse con una capota blanda y un juego de puertas más pequeñas en la zaga, facilitando el acceso a la segunda fila de asientos. Si bien la historia podría haber terminado con un “no, hijo, eso es imposible”, en este caso era difícil resistirse a esa petición (especialmente cuando puedes permitírtelo. Así, el deseo pronto se hizo realidad.
En 2014, la casa de la estrella lanzó el G500 Cabriolet Final Edition 200, una edición limitada que, como bien indica su nombre, no superó las 200 unidades. Dada su rareza, encontrar uno en el mercado de ocasión es bastante complicado, y si lo consigues, prepárate para desembolsar más de 300.000 euros. Más tarde, Mercedes también ofreció el Maybach G650 Landaulet, la máxima expresión del modelo de Stuttgart con la sección trasera del techo reemplazada por una capota de lona, una batalla ampliada y una mayor distancia al suelo.
Entonces, quien deseaba hacer feliz a su hijo ideó un Mercedes-AMG G63 descapotable que fuese más pequeño que la habitual carrocería de cinco puertas. Lo bueno es que el G63 no tiene problemas de potencia como se acusó al G500 Cabriolet Final Edition, ya que su V8 biturbo de 4.0 litros entrega 585 CV y 850 Nm, suficientes para lanzar esta mole hasta los 100 km/h 4,5 segundos y a una velocidad máxima –limitada– de 220 km/h. Con una masa superior a las 2,5 toneladas, puedes esperar consumos de más de 15 l/100 km.
Volviendo al caso que nos ocupa, cuando Refined Marques presentó su primer Mercedes-AMG G63 descapotable en una reunión en Mónaco, algunos propietarios del G500 Cabriolet Final Edition 200 se pusieron en contacto con ellos para pedirles un poco de ayuda. Además de las puertas suicidas, el coche presentado en Mónaco vestía una tonalidad China Blue que contrastaba con el interior de cuero rojo, pero hacía juego con las costuras azules, mientras que el techo en rojo combinaba con los asientos y las pinzas de freno rojas.
Refined Marques tardó 18 meses en construirlo. Para ello, contrató a un equipo formado por mecánicos de Fórmula 1 y de superdeportivos, centrándose en hacer que el mecanismo del techo fuera más fácil de manejar. Ahora solo se necesitan unos simples pasos para que se desprenda. El conductor debe soltar los pestillos tanto del lado del pasajero como del del conductor, presionar el pedal del freno y presionar el botón que hace el resto del trabajo. Y, ciertamente, el resultado final parece haber salido directamente de las instalaciones de Mercedes.
Este Clase G descapotable presentado en Mónaco fue uno de los 20 que se están fabricando y no habrá dos vehículos iguales, ya que los compradores podrán personalizar la unidad en la que conducirán a casa. Lamentablemente, parece que todas están destinadas al otro lado del charco. Aunque si el dinero no es un problema, ¿qué son unos cuantos miles de euros en transporte, aduanas y homologación cuando vas a soltar más de un millón de euros?