Puede que hayas notado que el coche da algunos tirones, especialmente cuando circulas a baja velocidad o aceleras, o que no responda como debiese. Entre los muchos motivos que existen, uno de los más comunes es por tener los inyectores en mal estado. Esto es particularmente habitual en vehículos con motores diésel entrados en años y con cierto kilometraje a sus espaldas.
Las mecánicas de gasóleo son más complejas que las de gasolina: hay más piezas mecánicas accesorias debido a las mayores fuerzas que han de soportar este tipo de bloques. Y quien dice más componentes, dice más riesgo de fallos adicionales. Si bien se han logrado grandes avances tecnológicos con la llegada del sistema de inyección diésel common-rail, los nuevos sistemas están sujetos a condiciones operativas más extremas, lo que los hace susceptibles a generar más fallos en los inyectores.
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¿Qué es un inyector? ¿Para qué sirve?
Los inyectores son un componente vital para el correcto funcionamiento del motor de un coche, pues son los responsables de entregar la cantidad exacta de combustible a cada uno de los cilindros en tiempo real. Y lo hace a una elevada presión y con una sincronización muy precisa. Por eso es esencial que cualquier fallo de un inyector se rectifique de inmediato.
El sistema de inyección de combustible es un componente crítico de todo motor diésel. Este sistema presuriza y lanza el combustible en el aire que ha sido comprimido en la cámara de combustión. Las funciones de un sistema de inyección de combustible incluyen alimentar a los inyectores, ajustar la cantidad de combustible y el tiempo de inyección y atomizar todo el combustible. Se debe proporcionar la cantidad adecuada de combustible en el momento adecuado y en bajo condiciones adecuadas para el óptimo proceso de combustión.
Los inyectores se introdujeron como reemplazo del carburador, ya que permitían que los motores funcionan con mayor eficiencia y ayudaban a reducir las emisiones
Los sistemas de inyección diésel más antiguos usan aproximadamente la mitad de la presión de combustible que utilizan los motores modernos, y los inyectores más antiguos enviaban el combustible a través de conductos mucho más grandes. Los inyectores diésel common-rail, por otro lado, “disparan” combustible dos o tres veces por cada ciclo del motor, lo que duplica el desgaste del inyector en comparación con los diésel del pasado. Teniendo esto en cuenta, pasemos a ver los síntomas que pueden indicar que un inyector está fallando.
¿Cómo puedo saber si los inyectores están estropeados?
Al coche le cuesta arrancar, el ralentí es inestable y vibra mucho al acelerar
Si cuando pretendes dar vida al motor, al pobre le cuesta más de lo normal, hay algo que está mal. Además, puede que, cuando lo consiga, el ralentí sea inestable, causando unas vibraciones muy molestas sin siquiera haber iniciado la marcha. Si notas que el motor, además, da tirones al pisar el acelerador, podría ser una señal de que uno o varios inyectores están fallando y no suministran el combustible correctamente.
Huele a combustible más de la cuenta
Que el coche huela a combustible no es síntoma de fallo catastrófico, siempre y cuando sea un olor leve. Si al subirte, a los pocos minutos te embriaga un profundo olor a combustible, o bien tienes una fuga en la línea de suministro o una avería del propio inyector. Si este no está en óptimas condiciones, el combustible se dispersará fuera de la cámara de combustión.
Hay mucha carbonilla alrededor del escape y sale humo blanco
Los sistemas common-rail actuales son extremadamente susceptibles a la contaminación debido a las condiciones en las que operan. Si tienes los filtros y/o los inyectores obstruidos, la combustión de diésel en los cilindros será desigual o incompleta, lo que resulta en un área sucia alrededor del escape y la liberación de humo blanco que sale por el tubo de escape; no confundir con el humo azul (el motor quema aceite) o negro (filtro antipartículas o EGR en muy mal estado).
Consumes mucho más combustible por kilómetro recorrido
Un inyector defectuoso empleará más combustible como consecuencia de una centralita que detectará una pésima combustión y pondrá al motor en el peor de los casos, donde se inyecta más combustible a los cilindros. Por lo tanto, tu diésel estará haciendo los consumos de un motor de gasolina, pero sin andar más. De ser así, vale la pena investigar si los inyectores defectuosos podrían ser los culpables.
Te dan una ITV desfavorable por exceso de emisiones
Con miles de coches que no pasan la ITV por motivos de emisiones, todo conductor debe de hacer todo lo posible para cerciorarse de que su vehículo no expulse más emisiones nocivas por el escape de las que debe. Cuando un inyector no suministra combustible como debería, interfiere en la mezcla de aire y combustible, como ya hemos visto. Eso hace que parte del combustible no se queme, generando más emisiones contaminantes y sobrepasando los límites establecidos por el fabricante.
¿Cuáles son las consecuencias de unos inyectores en mal estado?
Con lo descrito, intuirás que los inyectores de combustible son muy importantes, dado que ayudan a mejorar la eficiencia, mantener las emisiones más limpias y reducir la necesidad de trabajos de mantenimiento. Y a pesar de que un inyector de combustible típico es bastante simple (tiene dos partes: la boquilla y el cuerpo), si se obstruye o daña, comprometerá todo el rendimiento del vehículo.
La señal más común de un inyector de combustible defectuoso es la luz de advertencia de avería motor, la cual aparecerá en el cuadro de instrumentos. Tan pronto como un inyector no funcione como debería, el testigo se encenderá. Aunque hay algunas razones diferentes por las que se puede encender este testigo, podría deberse a un inyector de combustible. La ECU activa esta advertencia cuando detecta que el inyector suministra demasiado o muy poco combustible.
La mayoría de los coches cuentan con un inyector por cilindro, por lo que, si tienes un motor de cuatro cilindros, es muy probable que tengas cuatro inyectores
Junto a lo descrito anteriormente, uno o varios inyectores en mal estado harán que tu motor pierda eficiencia con cada kilómetro extra que hagas. Además, muchos de los componentes adjuntos sufren un desgaste más acusado, pues las vibraciones, los tirones o los problemas de encendido no hacen ningún bien a otras muchas piezas. Por lo tanto, si has notado una caída en el rendimiento, que le cuesta arrancar o da trompicones al moverse, sale un humo blanco por el escape o consume más de lo habitual, hay papeletas para que los inyectores estén en mal estado.
Si tengo los inyectores dañados, ¿cuál es el mejor consejo?
Con un mantenimiento adecuado y sin hacer prácticas problemáticas, la gran mayoría de los motores diésel recorrerán miles de kilómetros sin problemas. Sin embargo, en comparación con los sistemas de inyección diésel más veteranos, los sistemas de inyección common-rail a menudo presentan más desafíos para sus propietarios y una atención más dedicada.
Todos los síntomas descritos por unos inyectores sucios, obstruidos o con fugas no deben ignorarse. Si tu coche cuenta con más de 150.000 kilómetros y no se le han reemplazado los inyectores de combustible, es hora de que un profesional de confianza los revise. Sí, ahora me dirás que hay una forma más sencilla y barata, que la hay, pero no siempre cumple con lo que promete: limpiadores de inyectores. Si los daños son muy leves este líquido podría funcionar, pero si son más profundos, la única solución es cambiarlo por otro nuevo.