Cuando un coche empieza a dar tirones, diésel o gasolina, al pisar el acelerador, no hay duda de que suele ser la señal de un problema inminente. Pero no te preocupes, pues este síntoma también tiene solución, como otros muchos problemas que pueden surgir en nuestro más querido compañero de viajes.
Porque, aunque es un hecho que existen motores defectuosos y puedes tener la mala suerte de toparte con uno, lo habitual es que los tirones del coche a baja velocidad o al acelerar se deban a sus componentes adjuntos. Muchas cosas pueden salir mal con los motores de pistones y bielas movidos por zumo de dinosaurio, por lo que es mejor saber qué puede funcionar mal y así poder actuar en consecuencia.
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¿Por qué da tirones mi coche? ¿Cómo puedo solucionarlo?
Siendo un problema que afecta a tantos coches de combustión interna anualmente, podrías pensar que hay una única respuesta a este problema. Pero la realidad es bien distinta, y las causas que pueden llevar a que el motor de tu coche de tirones pueden ser muchas, al igual que el alcance de los daños y los ceros en la factura para solucionarlo. A continuación, en Clicars te exponemos todos los posibles motivos por las que el coche puede dar tirones.
Inyectores de combustible tocados
Los inyectores de combustible son el componente más común que puede funcionar mal en un motor. Esto se debe a que un inyector, sobre todo cuando se trata de mecánicas diésel, puede acumular suciedad a medida que usas el coche por más tiempo. Si estos inyectores no se mantienen limpios, no pueden suministrar combustible al motor de manera eficiente. El resultado es que el motor falla y no tiene mucha potencia, lo que provoca un movimiento brusco y el efecto tirón cuando tratamos de movernos desde parado.
Filtro de aire sucio
El filtro de aire mantiene al coche alejado de los contaminantes de la vía, como la suciedad, las chinas del asfalto y otras cosas que pueden dañar el motor. Con el tiempo, los filtros son susceptibles de acumular obstrucciones, y además de los contaminantes, los filtros de aire sucios también son la causa de una combustión ineficiente del combustible. Por lo tanto, te recomendamos echar un vistazo a tu filtro de aire, y ver si con una buena limpieza puede reutilizarse unos cuantos kilómetros más o si merece más la pena comprar uno nuevo.
Línea de combustible dañada
La función principal de una línea de combustible es llevar ese preciado oro líquido desde el depósito hasta cada uno de los cilindros del motor. Es posible que un coche dé tirones por tener alguno de los tubos de la línea dañado. De hecho, la situación puede incluso empeorar y provocar un incendio en el coche… Si hay una interrupción en la transferencia de gasolina o diésel, la combustión será incorrecta y surgirán los tirones. En este caso, que un mecánico de confianza te verifique si tienes el circuito sin fugas. Si hay al menos una, reemplazo.
Humedad acumulada en la tapa del distribuidor
El clima es también una de las principales razones por las que el coche da tirones al acelerar. Evidentemente, suele ocurrir en los inviernos con temperaturas muy bajas (y más si aparcas a la intemperie). La humedad acumulada en la tapa del distribuidor hace que la sincronía en la combustión no sea la más óptima. Aquí, la solución es bastante sencilla: evitar aparcar los coches en lugares fríos y húmedos por tiempos prolongados e intentar buscar un lugar más cálido (como una plaza de garaje, algo que el coche en tu totalidad te agradecerá).
Depósito o filtro de combustible contaminado
La suciedad puede causar graves problemas en tu coche, especialmente cuando está en los componentes internos. Un depósito de combustible o filtro que esté contaminado puede hacer que un coche de tirones con facilidad. Perturba el flujo y suministro de combustible al motor. Por suerte, solucionar esto es fácil: en tu taller de mayor confianza tendrán que, o bien sacar el depósito y darle un buen lavado, o pedir un nuevo filtro de combustible. Sea el caso que sea, no se trata de reparaciones demasiado costosas (por lo que podría ser).
Bujías defectuosas/gastadas
La función de la bujía es encender la combinación de combustible y aire dentro del motor, lo que provoca una explosión que mueve los pistones. Por lo tanto, las bujías completamente funcionales garantizan que el motor funcione eficientemente. Una bujía defectuosa significa un motor averiado y un coche dando tirones. Por eso las bujías deben sustituirse con cierta frecuencia (de 20.000 a 30.000 kilómetros si son de núcleo de cobre o de 120.000 a 160.000 km si son de platino o iridio). Normalmente, cada bujía vale 10 euros o menos.
Convertidor catalítico obstruido
El catalizador es una pieza integrada en el sistema de escape que tiene la función de regular las emisiones que salen del coche. A veces, las ricas mezclas de aire y combustible que fluyen a través del convertidor catalítico pueden obstruirse, lo que provoca sacudidas o tirones a la hora de pisar el pedal del acelerador. En condiciones normales, un chivato en el cuadro de instrumentos se debería de iluminar (el testigo de fallo motor) o aparecerá un mensaje en el ordenador de abordo. Si es el caso, cambiar un catalizador no es precisamente barato; de 500 euros en adelante.
Filtro de partículas en las últimas
Esta famosa y costosa pieza ––dedicada en especial a motores diésel–– sirve para limitar las emisiones contaminantes de tu motor. Sin embargo, requiere un tiempo mínimo de uso del motor para funcionar y una temperatura elevada. Si solo haces trayectos cortos sin subir el motor de vueltas, existe el riesgo de que el filtro de partículas se obstruya o incluso se rompa. Es en este caso, el cual podrás sentir y percibir porque el coche te lo hará saber, deberás saber que un filtro de partículas cuesta desde 500 a más de 2.000 euros, en función de la marca y modelo.
Válvula EGR obstruida
Siguiendo en la línea del punto anterior, la válvula EGR tiene como objetivo una vez más reducir la contaminación que sale por el escape. Lo que hace es recuperar los gases de escape que no han sido quemados y los reintegrar al motor para destruir las partículas contaminantes restantes. Si se ensucia demasiado, se quedará en posición abierta y, por lo tanto, acabarás con gases no quemados que regresan al circuito de admisión, que se asfixiarán y provocarán tirones y trompicones en cada fase de aceleración. Y sí, también es más común en los diésel.
Tus habilidades con una transmisión manual
Que el coche de tirones a baja velocidad es algo que todos hemos experimentado en algún momento, si has conducido con palanca de cambios antes. Normalmente, habrás tenido esa experiencia seguida de que el motor se cale. Este tipo de sacudida es muy común para los conductores que recién comienzan a conducir. Por supuesto, la solución es practicar más y más el juego entre el embrague y el acelerador. Esta transición debe ocurrir sin problemas, de lo contrario el coche empezará a dar tirones y se acabará calando.
¿Qué hago si sé que mi coche puede tener estos problemas?
Resumiendo, estas son las razones y soluciones para los tirones que tu coche puede dar. Por lo tanto, asegúrate de que todos estos componentes están en buenas condiciones, antes de decidir que se trata de un problema interno de motor más serio (la causa menos probable de los tirones, estadísticamente hablando). Nada puede prevenir mejor los bruscos tirones que mantener el coche en óptimas condiciones. Por lo tanto, no hay nada mejor que tener los servicios de mantenimiento al día para tratar de evitar esta problemática.