El desgaste y la acumulación de suciedad dentro del motor es inevitable en nuestro día a día y puede que nunca hayas escuchado hablar sobre los aditivos para el aceite del motor. Pero tranquilo, porque este tipo de productos sigue siendo un gran desconocido para la mayoría de conductores, sobre todo, porque los aditivos no son como una varita mágica que puede solucionar todos tus problemas al instante. Estos aditivos son productos químicos que, supuestamente, mejoran la lubricación y limpieza interna del motor… aunque siempre surge la misma duda ¿Son realmente eficientes? ¿Vale la pena usarlos?
Responder a esas preguntas sigue siendo a día de hoy una ciencia bastante incierta ya que, de partida, su uso no es obligatorio. Algunos fabricantes sí suelen asegurar que añadir aditivos alarga la vida y la calidad del motor de nuestro coche, aunque hay algunos expertos que no sólo lo desaconsejan, sino que también indican evitarlos y usar un aceite de motor de calidad y puro. Por eso, a continuación, te vamos a contar todo lo relacionado con estos aditivos para el aceite del motor, sus posibles beneficios y riesgos y si, realmente, son necesarios para el mantenimiento de tu coche.
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¿Qué son los aditivos de aceite de motor?
Los aditivos de aceite de motor son compuestos químicos pensados para mejorar el rendimiento lubricante del aceite base o lo que se conoce como material base de aceite. Habitualmente se suelen dividir en dos grupos, los que potencian las funciones del aceite del motor y los que añaden nuevas aplicaciones, pero en general, este tipo de compuestos tienen tres funciones básicas muy concretas que son: mejorar las propiedades del aceite base existente con antioxidantes, actuar como inhibidores de corrosión y hacer de agentes antiespumantes y agentes desemulsionantes.
De una manera mucho más simple, este tipo de aditivos se usan con el fin de inhibir contaminantes que perjudiquen el motor, al mismo tiempo que se pretende evitar la aparición de barniz, lodo, lacas, herrumbre o corrosión en el metal de la mecánica. Se trata de una sustancia viscosa y aunque se habla de una función lubricante, sus propiedades permiten que se extienda más allá de los propios límites del lubricante. Y es ahí donde está la clave ya que ese plus, se considera importante para mejorar la actuación del motor en el corto, medio y largo plazo.
Beneficios de los aditivos
Sobre el papel el beneficio principal de los aditivos que se destinan al sector de la automoción, es que lubrica las piezas móviles del motor. ¿Qué quiere decir eso? Que el ‘corazón’ de nuestro coche tendrá menos fricción en su interior, al mismo tiempo que se eliminarán todas las partículas que puedan dañar su funcionamiento. Y eso se traducirá en una mejora del rendimiento. Los aditivos lograrán reducir el consumo del combustible, pero también prevenir la formación de óxido, mantener la potencia del motor, juntar residuos metálicos y alargar la durabilidad del aceite lubricante.
Todos estos beneficios pueden parecer irrelevantes, pero lo cierto es que cuando todo no funciona a la perfección en un engranaje, las piezas se atascan. Y en un elemento mecánico como es el motor, ocurre exactamente lo mismo. Para evitar ese momento los aditivos de aceite cumplen con todas esas funciones y también velan por el motor durante el arranque del vehículo. En ese momento evitan que se produzca un calentamiento perjudicial que reduzca la vida útil del propulsor, sobre todo cuando en el exterior hay temperaturas bajas.
Desventajas de los aditivos
Hasta ahora puede que todo suene a favor de los aditivos para el aceite del motor, pero como en cada compuesto químico, siempre hay que llevar cuidado con las mezclas que se hacen. Lo primero a tener en cuenta es que el propio aceite del motor ya tiene sus propias características detergentes que además, están homologadas para el motor en el que se está usando. Si eres de los que quiere ir un paso más allá e intentar mejorar la salud del propulsor al máximo posible, antes de poner cualquier aditivo debes informarte de si el fabricante dispone de alguna gama de productos autorizados. Si no es así, busca un aditivo que disponga de todas las homologaciones necesarias y revisa siempre la ficha de seguridad.
Usar cualquier aditivo del mercado puede alterar las propiedades del propio aceite del motor y dañar seriamente las piezas de fricción. Es decir, causaría justo el efecto rebote. Por eso añadir aditivos de otro tipo podría ser contraproducente y la mejor opción, es ponerle un aceite más adecuado a nuestro motor si queremos potenciar las propiedades del propio aceite. Porque cuando añadimos aditivos, nunca sabemos cómo puede reaccionar nuestro coche. Sobre todo con los sistemas de inyección de por medio. En concreto los de alta presión están testados y calibrados bajo parámetros muy estudiados y cualquier agente externo no previsto, puede llegar incluso a provocar averías en el circuito. Por lo que antes de usar aditivos, revisa una y otra vez su ficha de seguridad.
Un buen aditivo equivale a un motor sano… cuando sea necesario
Como ves, queda claro que el aditivo es un elemento al que se le puede sacar mucho partido para el bien de nuestro motor. Lo más importante es no acudir a la vía fácil y rápida, sino comprobar que estamos recurriendo a un aditivo de calidad que nos garantice una maquinaria sana que perdurará por más tiempo. Pero recuerda, que como hemos dicho al principio, los aditivos no son una varita mágica que acabará con todos tus problemas al instante.
Uno de los mitos más frecuentes en torno a los aditivos para aceite es que reparan los fallos que pueda tener tu motor. Y eso es falso. Ningún aditivo del mercado tiene esa capacidad a pesar de que algunos en concreto pueden llegar a “sellar” fugas en juntas o empaques, pero nunca solucionarán averías mayores como las rupturas de algún componente o el desgaste de metales. Sí podrán ayudar a que el mantenimiento del motor sea más sencillo ya que lograrán menos fricción entre las piezas móviles, menos desgaste de los elementos del motor, eliminarán los contaminantes dañinos y crearán una capa protectora que puede alargar la vida del motor y reducir en el consumo de aceite.
Se sobreponen las virtudes a unas desventajas donde únicamente debemos asegurarnos de qué tipo de aditivo estamos usando, pero atención cuando llegue un vehículo al taller. En ese momento debes realizar siempre un diagnóstico minucioso para ver si los aditivos pueden ser una solución o se trata de una avería más profunda. Los aditivos serán recomendables en aquellos casos en los que el propulsor tenga alguna deficiencia (consumo elevado de aceite o que contamine demasiado), pero no es recomendable recurrir a ellos si no hay razones alarmantes para hacerlo.