Bajas la radio, abres la ventanilla y hasta paras el coche. Huele a quemado. Una de las sensaciones más desagradables que puede sufrir a bordo un conductor. El olor a quemado de un coche nunca es bueno y suele ser un síntoma de avería.
En este post te contamos por qué huele un coche a quemado y qué tienes que hacer si esto sucede. Los motivos por los que un coche huele a quemado son diversos.
Lo primero que debes hacer es identificar dónde está el problema, porque eso te permitirá solucionar mucho antes la avería. A continuación describimos las principales causas.
Índice de contenidos
Olor a quemado por desgaste de embrague
Es una de las averías más frecuentes que se produce en los coches. Tiene que ver, sobre todo, con el mal uso del embrague en pendientes. El embrague es un elemento delicado que hay que usar con racionalidad.
Debes cambiar el embrague de un coche en caso de un olor quemado persistente o por lo menos consultar con tu taller de confianza. Con esto conseguirás problemas mayores en el funcionamiento de tu coche.
Olor a quemado por dejarse el freno de mano puesto
Dejarse el freno de mano puesto es uno de los grandes despistes en los que incurren muchos conductores en su día a día. Por suerte, para los más despistados, los fabricantes incorporan ya sistemas para avisar de que se está circulando con él freno de mano puesto.
Con los coches que llevan freno de mano eléctrico no existe tal problema. Si se fuerza el freno de mano, es normal que nuestro coche de mano y ocasión huela a quemado. Hay que tener cuidado con esta maniobra, fácil de evitar y que prolonga la vida útil de nuestro coche.
Olor a quemado por los frenos desgastados
Tu coche puede oler a quemado si no cambiamos a tiempo las pastillas de freno. Sabremos si este componente tiene un alto desgaste y necesita ser cambiado en caso de que el coche chirríe cuando accionamos el freno.
Cabe recordar que las pastillas delanteras deben cambiarse cada 60.000 kilómetros y las traseras es recomendable hacerlo cada 120.000 kilómetros. Asimismo, los discos deben ser sustituidos cada dos cambios de pastillas.
Olor a quemado por el efecto del calor en el interior
Durante el verano y en episodios de altas temperaturas es posible que algunos materiales del coche sufran desgaste por el calor. Esto afecta a los plásticos, a las alfombrillas, pegatinas…
Si, por ejemplo, no cubres tu coche con un parasol cuando lo dejas aparcado puede que cuando vuelvas encuentres un intenso olor a quemado. Los daños que se puedan producir en el vehículo dependerán de la calidad de los materiales interiores.
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